La ruta de esta audioguía empieza en la Puerta de Jerez, lugar bien comunicado incluso con el tranvía y emblemático de la ciudad. El nombre de este lugar lo recibe de la antigua puerta que aquí se alzaba. Como casi todo el cinturón defensivo de la ciudad fue derribado cuando hubo necesidad de ensanchar las calles. Durante el siglo de oro que tratamos en esta audioguía esta era una puerta muy importante ya que comunicaba con el sur.
De la ciudad se decía: “Quien no ha visto Sevilla, no ha visto maravilla”. O también: “Corte sin rey”.
Esta ruta ayuda a acercarnos a una ciudad que creció muy rápidamente, que se llenó de esclavos, de mercaderes, de gentes atraídas por la exclusividad de su puerto sobre el comercio con el Nuevo Mundo descubierto por Colón.
En esta época, impulsados por la pujanza de la ciudad, se construyen algunos de los grandes monumentos como la catedral, el Hospital de las cinco Llagas o el Archivo de Indias. Pero también podemos evocar las grandes construcciones que algún día fueron espléndidas y de las que sólo nos quedan partes. Es el caso de las murallas del barrio de la macarena, la casa de la moneda o la torre de la plata.
La catedral
Tras la conquista de la ciudad por los cristianos en 1248, la mezquita mayor fue consagrada como iglesia, pasando a ser la catedral de la archidiócesis. Al edificio musulmán se le añadió una Capilla Real donde se enterraron diferentes monarcas y familiares, entre ellos Alfonso X el Sabio y Fernando III el Santo.
Los cristianos utilizaron durante más de 150 años el edificio musulmán, pero en 1401 se pensó en un nuevo templo de formas totalmente cristianas. Por ello se procedió a la demolición de la entonces ruinosa mezquita-catedral conservándose sólo el patio de los Naranjos y la giralda. Según la tradición los canónigos habrían afirmado:
“Hagamos una iglesia tan hermosa y tan grandiosa que los que la vieren labrada nos tengan por locos”.
En esta época del siglo de oro ya se había terminado de construir el edificio, pero se realizaban otras obras de embellecimiento y ampliación como el último cuerpo de la torre campanario de la Giralda o la construcción de la Sacristía mayor.
La Torre del Oro
Es uno de los símbolos de la ciudad. Es lo que se denomina como torre albarrana, es decir, una torre situada fuera de la línea de la muralla como punto adelantado. Su planta es un polígono de 12 lados.
Servía de baluarte para defensa del puerto y puente de barcas, para este fin contaba con una gruesa cadena que cruzaba el río, cerrando el puerto.
La construcción fue en el año 1221 y en época cristiana se convierte en capilla y posteriormente en cárcel. Durante el siglo de oro el edificio se encuentra en estado ruinoso por la proximidad al río y por lo tanto por su exposición a las riadas. El nombre de torre del oro lo recibe en esta época al servir de vez en cuando de almacén de los metales preciosos que llegaban del Nuevo Mundo.
Él último cuerpo es añadido a partir de la destrucción causado por el terremoto lisboeta de 1755.
Actualmente la torre alberga un museo que muestra diversos instrumentos antiguos de navegación y maquetas, así como documentos históricos, grabados y cartas náuticas.
Hospital de las cinco Llagas
El nombre que recibe se refiere a las 5 llagas de Jesús, signos del dolor sufrido para salvar a los Hombres. También recibía el nombre de Hospital de la Sangre.
El proyecto original del hospital planteaba la construcción de cuatro fachadas y sus respectivas torres en los ángulos. Sin embargo no pudo culminarse el edificio y sólo se terminaron dos fachadas y dos torres. Recientemente, con la utilización como Parlamento andaluz, se han construido una torre y una fachada en la parte este.
"Doña Catalina de Ribera, y don Fadrique Henríquez de Ribera, Marques de Tarifa, Adelantado del Andalucía, con no menor gusto que piedad, mandaron hacer este amplísimo Hospital para curar pobres y a mujeres, intitulado de las Cinco Llagas de JesuChristo; y los Reverendísimos Patronos y Administradores de su hacienda, para más perfecta memoria de tan grandes Príncipes, hicieron esta puerta en el año de 1617."
Los hospitales medievales eran lugares bastante poco salubres. Los enfermos se hacinaban en salas atestadas de gente, faltos de ventilación y de luz. A finales de la Edad Media llega desde Italia un nuevo concepto para estos lugares. El Renacimiento no sólo ocurre en el arte sino que también transforma algunos aspectos de la vida de la gente. Ahora el hospital debe ser un lugar espacioso, de techos altos, bien iluminado y ventilado.
Por ello se construye este edificio de grandes dimensiones. En principio iba a contar con más patios pero al final se construyen 8 para la ventilación e iluminación del lugar.
Delante del edificio se deja una explanada libre. En el interior los techos se elevan y se dejan espaciosas áreas para el cuidado de los enfermos.
De la atención a los enfermos se encargaba la iglesia y por lo tanto vamos a encontrar numerosas referencias a la religión, como cruces, el propio nombre del hospital y que en el interior tiene un templo.
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