Es increíble como a veces una banda puede llegar a engancharte, y en mi caso Audioslave, banda que he de reconocer que al principio me costó mucho, me han ido ganando poco a poco. Si el primer disco es la unión de dos mundos distintos con conexiones, el de Chris Cornell por un lado que venía del grunge con sus Soundgarden, y por otro el de los tres componentes de Rage Against the Machine sin su cantante, con esos ritmos marcados a golpe de ronrroneo del bajo, machaca del batería y punteos siderales de Mr. Morello, es en el segundo y maravilloso Out of exile donde su estilo ya está fundido y todo fluye como debe.
Es increíble como a veces una banda puede llegar a engancharte, y en mi caso Audioslave, banda que he de reconocer que al principio me costó mucho, me han ido ganando poco a poco. Si el primer disco es la unión de dos mundos distintos con conexiones, el de Chris Cornell por un lado que venía del grunge con sus Soundgarden, y por otro el de los tres componentes de Rage Against the Machine sin su cantante, con esos ritmos marcados a golpe de ronrroneo del bajo, machaca del batería y punteos siderales de Mr. Morello, es en el segundo y maravilloso Out of exile donde su estilo ya está fundido y todo fluye como debe.