Después de un mes de octubre plagado de criaturas monstruosas y muertos vivientes con el sello inconfundible del cine español de serie B, en el mes de noviembre el Aula de Cinema de la Universitat de València y el Cinefórum L'Atalante presentan una nueva propuesta para las tardes de los miércoles.
Se trata del ciclo El western hacia el crepúsculo, una selección de cuatro películas comprendidas entre finales de los 50 y primeros 70, y caracterizadas por presentar unos rasgos narrativos y estilísticos que desestructuran los parámetros del género por antonomasia del cine americano. El western crepuscular aboga por la desmitificación de la figura del héroe, de la idea del progreso o de la posibilidad de crear una nueva sociedad más justa e igualitaria en un territorio recién explorado. Es un género pesimista, casi fatalista, que ha asumido el final de una utopía y que casi siempre presenta a personajes tortuosos y torturados, de múltiples aristas, y cuya pertenencia a uno u otro lado de la ley está muchas veces difusa.
Las películas que forman el ciclo son El hombre de las pistolas de oro (Edward Dmytryk, 1959), El hombre que mató a Liberty Valance (John Ford, 1962), Duelo en la Alta Sierra (Sam Peckinpah, 1962) y Monte Walsh (William A. Fraker, 1970). Cuatro títulos de cuatro grandes directores, muy diferentes entre sí pero que comparten ese hilo conductor de desfiguración de los cánones clásicos del género.
El film que inaugura el ciclo, y que se podrá ver esta misma tarde (a las 18 horas en la facultad de Filología, Traducción e Interpretación de Valencia, entrada libre y gratuita) es El hombre de las pistolas de oro (Warlock, 1959), uno de los pocos acercamientos al género del oeste por parte de un director como Edward Dmytryk, curtido en el género del film noir y tristemente recordado por formar parte de los "Diez de Hollywood", ese grupo de directores, actores y guionistas que fueron incluídos en la lista negra por su supuesta pertenencia al partido comunista. Su paso por prisión y posterior exilio obligado justifican el pesimismo que sobrevuela toda la película, cuya principal característica es que sus personajes principales navegan constantemente entre dilemas éticos y morales sobre el sentido de la justicia, y cuya trayectoria a lo largo del metraje deja claro que su camino no está exento de dolor y pérdida.
Un gran clásico del género, bastante desconocido, que junta las magníficas interpretaciones de Henry Fonda, Anthony Quinn, Richard Widmark y Dorothy Malone, y que incide en las características antes mencionadas del western crepuscular. Un plan inmejorable para este miércoles por la tarde.