Si por algo tengo que felicitar a Hacienda es por su profundo conocimiento de las miserias humanas. El género humano, y permítanme generalizar aunque «haiga» de todo, es miserable y cobarde. Hacienda conoce de esa cobardía y se aprovecha de ella en su propio beneficio, y eso lo sabemos todos, pero ha logrado superarse al combinar el otro factor, el factor «miseria moral», y cuando se juntan ambas cosas, cobardía y miseria moral, conseguimos recrear monstruos ancestrales, y en este caso concreto: monstruos amaestrados.
¿Por qué aumentan las sanciones por los pagos en efectivo?
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Aumentan las sanciones por los pagos en efectivo. Hacienda se aprovecha de la miseria moral
Pues por lo que he dicho en la introducción de este artículo, porque Hacienda no solo es quien más datos nuestros posee (y está aprendiendo a manejar, torpemente al principio y con cierta habilidad creciente), sino que también es quien más nos conoce (ahora hablo como ente global, no personalmente a cada uno), y sabe cómo enfocar ciertas cosas. Cuando planteó lo de las sanciones por pagar más de 2.500 euros en efectivo, alguien tuvo una gran genialidad. Y sí, he de decir que lo considero genial, y más después de ver los resultados que están teniendo. Eso sí, que lo vea genial no quiere decir que me parezca bien porque el uso de esa estrategia los coloca a ellos al mismo nivel de miseria humana que a los demás, pero si nosotros nos comportamos así, ¿por qué no lo tienen que hacer ellos? Pues eso, mis felicitaciones a quien pergeñó este asunto; igual merece un ascenso:
Lo primero que hicieron fue pensar que en un pago de más de 2.500 euros en efectivo siempre hay dos partes (pagador y cobrador). A partir de ahí decidieron:
1.- Sancionar a las dos partes. Eso hace que las dos se vean involucradas en el marrón desde el principio y ambas «teman» la posible sanción.
2.- Fomentar la denuncia «perdonando» la sanción al que denuncia. Esto, evidentemente, es un pago de confidente encubierto y sin que les cueste un duro porque no han de pagarle, sino prometerle que no lo van a perseguir por el acto denunciado y sancionar solo al denunciado. Brillante.
3.- Al darle esa opción a las dos partes, cada una de ellas pensará que está en peligro si es la otra parte quien denuncia primero. Aquí empieza el duelo a pistola de un solo tiro… ¿Quién dispara antes?
4.- Para redondear el asunto, incitan también a que terceras personas denuncien. Es decir, que si usted sabe que alguien ha pagado en efectivo más de 2.500 euros… también puede denunciar, aunque no saca nada a cambio, salvo quizá lo que buscan muchos (y Hacienda también ha sabido aprovechar): Venganza (otra miseria humana).
Magistral. En serio, le llevo dando vueltas a esto desde que lo inventaron. Al principio yo mismo pensé que no funcionaría, pero Hacienda me ha ganado la mano en esta partida, tengo que admitirlo. Han demostrado conocer la miseria humana más a fondo que yo. Y eso que me consideraba «hábil» en esas lides después de haberlo desarrollado en mis novelas.
Últimos datos sobre las sanciones
En 2015 se han analizado 6.000 denuncias de este tipo. ¡Bárbaro!, un 27,8% más que en el ejercicio anterior. Lo curioso es que de esas 6.000 analizadas «solo» han acabado en sanción 1.313.
De este último dato saco otra conclusión:
Es de imaginar que en las que no han llegado a sancionar es porque no tenían pruebas de ello, así que entiendo que serán denuncias de terceros no implicados directamente en la operación. Esto también tiene su interpretación moral, aunque no voy a entrar en ello en este artículo.
Ramón Cerdá