En realidad solo hubo dos personas que, para suicidarse, se arrojaron desde las alturas: el 5 de noviembre saltó de un edificio de 40 pisos el corredor de bolsa Hulda Borowski y once días más tarde el director de empresa G. E. Cutler se precipitó desde una escalera de emergencia. También se registraron dos suicidios por arma de fuego de gran resonancia: J. J. Riordan, presidente del banco The County Trust Company, y el presidente de Rochester Gas and Electric
Tras un estudios de los suicidios acaecidos desde el Jueves Negro hasta final de 1929, se puede concluir, con Galbraith, que la afirmación del aumento de los suicidios forma parte de la leyenda del Crac. Los suicidios tras el Crac solo aumentaron levemente respecto a los tiempos anteriores al Jueves Negro (un 14% frente a 13.6% por cada cien mil habitantes, según el autor citado). Solo un 4% de los suicidios desde el Jueves Negro hasta final de 1929 se pueden relacionar con el Crac.