Esta subida de precio, ya visible en los propios camiones, ha provocado quejas entre los pasajeros. El principal argumento es que, a pesar del incremento tarifario, no se perciben mejoras en el servicio. Las críticas se centran en la falta de seguridad y en el deficiente estado de las unidades de transporte. No obstante, la nueva tarifa está vigente y los usuarios se ven obligados a pagarla.
Diputados locales ya habían expresado su postura al respecto, señalando que cualquier incremento en las tarifas debería ser considerado solo después de ver mejoras sustanciales tanto en el servicio como en las condiciones de los vehículos. Sin embargo, el aumento se ha implementado de manera abrupta, dejando de lado estas consideraciones.
Por su parte, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona ha indicado que aún se está analizando si el aumento será definitivamente de 50 centavos o podría llegar hasta un peso. En una entrevista matutina, el gobernador manifestó: “50 centavos puede ser mucho o no puede ser nada… Así como se les puede autorizar un aumento a ellos, también se les tiene que exigir que el camión esté en buenas condiciones y empezar a cambiar unidades nuevas”.