Aunque diga fresas

Publicado el 10 marzo 2015 por Plausible @plausibleblog

Furiosa con sus padres por obligarla a mudarse a España, Ayelén está decidida a no adaptarse ni hacer amigos. Solo quiere volver a la Argentina. Hasta que un día es testigo de una extraña apuesta: dos compañeros, uno madrileño y el otro colombiano, acuerdan intercambiar sus vidas. Y lo que empieza como un juego inocente acaba por arrastrarlos a todos por un peligroso camino.

Gracias a Ediciones SM por el ejemplar.
Este es un libro con el cual tengo muchos, muchos sentimientos encontrados. Por un lado me gustó y divirtió, lo leí en dos horas y fue una buena motivación para seguir bajando mis pendientes (¡que ya están por debajo de los 140, yay!). Por otro me pareció que tenía muchos estereotipos que me incomodaron y trabaron la lectura.En primer lugar creo que el choque cultural que se genera está bueno: para los más chicos, adolescentes y jóvenes adultos no hay tantas historias con personajes de diferentes países y culturas, así que estuvo genial conocer un poco de todos ellos. Pero esto también tuvo su contra: estereotipos, aunque se notó que la autora intentó no caer en ellos.
Lo que más me gustó creo que fue a lo que me hizo acordar: recordé muchas entradas y comentarios entre blogs españoles y argentinos. A pesar de no vivir lo que le pasa a Ayelén, sí me encontré riendo ante comentarios típicos que quizá una reconoce en los extranjeros: la frase (graciosísima) "es la leche", acordarse del simple detalle de decir dinero en vez de plata, parecer un caballero de la nobleza tratando al otro de vos y no de .
(...) Cuando los vi, se me cayeron las lágrimas y mojé el teclado.
-¿Mojaste el teclado?
-Sí.
-¿Y no te dijeron nada en el local?
-No. Tal vez están acostumbrados a que la gente moje los teclados cuando lee. Digo, los que extrañan.

También me gustó la forma de la que está contada la historia: no es la típida novela de una chica intentando adaptarse a un nuevo contexto (en esta caso, otra cultura) que cambia por x razón, en la que termina siendo un monólogo de yo, yo y yo. Me gusta la formma en la que, de alguna manera, la autora parte desde cuando ya está adaptada a su nueva vida para contar cómo fue el proceso. Me divirtió más así.
Me encantaron los comentarios de Sergio y Ayelén en medio de la historia, haciendo que sea más amena la lectura. Tiraban acotaciones graciosas y me hacían reír con cada una de ellas. Me pareció súper antinado de la autora y me encantó el tono adolescente con el que cuenta todo el libro: parece realmente narrado por unos chicos de la edad de Ayelén.
Quería hacerle entender que no cambié, que cuando nos volvamos a encontrar va a ver que sigo siendo la misma aunque ahora diga fresas con nata en vez de frutillas con crema y cada tanto se me escape un vale.

No hay mucho más que decir. El final es un +10 de acá a la China. Si venís leyendo el libro y no te gustó, la última conversación entre Ayelén y Sergio hace que mucha espera valga la pena. Es un libro corto pero con una moraleja que envidian muchos otros autores.
¿Ustedes lo leyeron? ¿Sienten la diferencia cultural entre los bloggeros? ¡Quiero saber qué piensan!