River Plate 0 - Newells Old Boys 1
La gente esperaba una resurrección, un guiño del destino y sabía bien por donde podía venir. El ídolo, el referente, Ariel Ortega volvía al equipo titular después de diez partidos ausente y los hinchas se ilusionaban con otra vuelta mágica. Pero no, aunque este el Burro, me aburro.
El 10 de River podrá intentar, pedir la pelota, correr, asistir, probar al arco, pero si su equipo no tiene una idea de juego nada de eso le va a servir. Aun con intermitencias, el Burrito fue el jugador más claro de un club que partido tras partido mancha su riquísima historia. Newell’s, que tampoco vive un presente feliz, aprovechó las falencias defensivas del local y de la mano de Formica le generó algunas chances de gol. Antes hablábamos de claridad y hay que decir que River tuvo varias como la de Díaz que dio en el travesaño, un tiro desviado de Affranchino luego de un genial taco de Ortega y un par del Burrito. Ambos carecieron de efectividad y la primera etapa terminó igualada en cero.
Al Millonario le salen todas mal y a los 6 minutos del segundo tiempo se confirmó. Con mucha fortuna, Achucarro derrotó a Vega con una pirueta cayéndose y dejó nocaut a los de Astrada. River jamás volvió a hilvanar juego asociado y sólo atinó a bombardear el área de Peratta con pelotazos. La Lepra se paró de contragolpe y hubiera ampliado el resultado sí Boghossian concretaba una gran maniobra individual.
Los juegos pasan y River sigue siendo lo mismo: NADA. Es difícil preveer cuanto más durará Astrada en el banco de suplentes, no porque Passarella lo va a echar sino por las pocas fuerzas que debe tener en estos momentos para revertir la situación. Los hinchas despidieron al equipo con silbidos e insultos, transitan por un túnel oscuro que puede terminar de la peor manera.
Ploto