Reseña publicada originalmente en Bibliópolis, crítica en la Red.
Rebuscando ayer en mi biblioteca me volví a encontrar con este libro. Ojeé las primera páginas y ya no pude parar. Muchos años antes de 50 sombras de Grey y de toda la subliteratura posterior asociada a ese subgénero, Aurora Boreal demostró que se podía aunar calidad literaria y calentura. Descatalogado e imposible de encontrar, este libro entra de lleno en la categoría de joyas ignoradas de la literatura. Su relectura me ha proporcionado una noche inolvidable.
“Es un ultraje, una atrocidad que socava los cimientos del género. De seguir por este camino, pronto asistiremos al fin de la ciencia ficción.” Son las declaraciones del escritor Robert J. Sawyer al conocer la inclusión de Pensad en Lesbos -reciente ganadora del Pablo Dildo- entre las novelas nominadas este año al premio Nebula. “¿No se da cuenta? A partir de ahora, cualquier herejía es posible. Por poner un ejemplo absurdo, hasta un libro del Harry Potter ese podría ganar el Hugo un día de estos. Claro que, si eso llega a suceder (sonrisa), me retiro.” El canadiense no es el único que se ha alzado en contra de los parabienes que está logrando recoger la ya popular novela de la zaragozana Aurora Boreal. “Prejuicios estúpidos” es la respuesta más repetida desde la otra parte del conflicto.
Lo cierto es que Pensad en Lesbos no sólo está arrasando en el mercado mundial, sino que además es una magnífica obra que viene a insuflar nueva vida a un género anquilosado y caduco. La trama es sencilla. Una nave espacial terrestre es atraída por una distorsión espacio-cuántico-nano-temporal y es lanzada a una región cósmica inexplorada. Tras un intenso menage a trois con el que logran sofocar la tensión producida por la situación, los tres tripulantes de la Vibrator Satisfaction, dos mujeres y un hombre, llegan a un desconocido planeta escondido tras una nube de gas con forma vulvar. Tras ser capturados y sometidos a torturas sin nombre por una horda de blondinas y neumáticas amazonas, descubrirán, gracias a la relación que surge entre el humano Siffredi y la reina extraterrestre, que se encuentran en Safo, capital del planeta Lesbos. En lo que las amazonas místicamente denominan “Periodo de Estocolmo”, el grupo terrestre irá descubriendo las bondades de la cultura “lesbiana” hasta, por pura fricción, integrarse totalmente en aquella extraña sociedad.
El estilo que despliega Aurora Boreal, quien reconoce abiertamente la gran influencia que han ejercido las novelas de a duro de Joseph Berna en su manera de escribir, es ágil y especialmente intenso allí donde la historia lo exige. La aspereza narrativa con la que describe las torturas y las posteriores experiencias de la expedición en el planeta, conduce al lector a un clímax tempestuoso que vale por sí solo el precio pagado por el libro. Pero donde la obra se convierte en un hito irrepetible es en su tratamiento del personaje masculino, Siffredi, un auténtico tour de force en el estudio psicológico de un hombre llevado al extremo: desde el shock que le provoca el primer contacto humano con una especie extraterrestre, significado por esa constante sonrisa bobalicona de la que no logra desprenderse en todo el libro o los agudos ataques de salivación que sufre, hasta la aceptación final de ser el único en su especie en aquel remoto planeta, y su decisión final de sacrificarse y permanecer en él como conejillo de indias hasta el fin de sus días.
Pensad en Lesbos es una obra que nos identifica con esa lesbiana que todos llevamos dentro; una novela que, creando un nuevo subgénero –el pornopulp-, cambiará definitivamente la fisonomía del género. Como único punto negativo, cabe destacar que los cuantiosos ingresos obtenidos por la escritora la apartarán definitivamente de su anterior actividad, en la que compartía, junto con Alba del Monte y Sophie Evans, el cetro de mejor actriz porno española. De hecho, como protesta contra las innobles acciones de Graham Purves, reciente ganador del premio Lupus, Boreal ya está preparando la segunda parte, que, en palabras de la propia escritora maña, “será bastante más hard que la primera; yo diría que incluso escatológica”. Su mañanero título: Pensad en Flemas.
Reseña publicada originalmente en Bibliópolis, crítica en la Red.
Reseña publicada originalmente en Bibliópolis, crítica en la Red.