Los beneficios del drenaje linfático (DLM) son muchos y muy diversos, os recomiendo que para conocerlos leáis nuestro artículo sobre el drenaje linfático. Para poder aprovecharnos de todas sus virtudes del drenaje, tenemos dos manera; o bien que un profesional nos de un drenaje linfático o que nosotros mismos nos demos un autodrenaje linfático.
En este artículo os quiero dar unas pautas para que seamos capaces de darnos un automasaje de drenaje en algunas zonas de nuestro cuerpo. Sin olvidar que es mucho más efectivo y placentero cuando te lo da otra persona, sobre todo si es un terapeuta cualificado.
Pasos del autodrenaje linfático
Lo primero de todo, si nos ponemos un poco de música relajante, ropa cómoda, nos descalzamos y nos relajaremos, la sesión tendrá aún más beneficios.
Tenemos que tener en cuenta las posibilidades de cada uno y no forzar la postura ni hacer demasiada presión, para que el masaje no sea contraproducente. Deben ser maniobras suaves, “casi caricias”.
El cuello
Sentada o tendida cómodamente, cruza las manos sobre el cuello, situando las yemas de los dedos por debajo de las orejas con suavidad.
Realiza un movimiento hacia adelante y hacia las fosas de las clavículas, de modo que se estire la piel.
Afloja y repítelo 5 veces.
Después haz el mismo movimiento a mitad del cuello y para finalizar realízalo en las fosas de las clavículas, estirando la piel hacia el corazón.
Esta es la fase preliminar de todo tratamiento de DLM, ya que permite desahogar la salida de la linfa, evitando el encharcamiento al drenar otras zonas.
También elimina tensión del cuello y reduce el estrés.
El seno
Siéntate cómodamente y cruza un brazo hasta reposar la mano en el hombro contrario.
Realiza círculos fijos en el lateral del seno, dirigiendo el movimiento hacia la axila.
Este vaciado favorece la eliminación de toxinas de las glándulas mamarias. Esto es importante para cuidar nuestra salud, si quieres más información sobre este tema, puedes leer nuestro artículo sobre remedios naturales para una buena salud mamaria.
La cadera
Sitúate cómodamente sentada, de lado, de modo que la cadera esté al alcance de tus manos.
Coloca ambas manos en ella y realiza círculos fijos en dirección a los ganglios inguinales, tirando suavemente de la piel.
Repite este movimiento entre 15 y 30 veces por cada lado.
Se reduce la eliminación de toxinas y se elimina celulitis de las caderas.
Vaciado inguinal
Permanece sentada cómodamente con las piernas ligeramente separadas y coloca ambas manos en el entremuslo para realizar un movimiento suave en dirección a los ganglios inguinales, de modo que se estire la piel hacia arriba.
Resulta útil para reducir la celulitis en el interior de las piernas. Si te interesa conocer algunos consejos más para eliminar la celulitis, os recomiendo nuestro artículo sobre zumo para eliminar celulitis.
El muslo
Mantente en la postura anterior y coloca las manos en el muslo a modo de brazalete, por delante de la ingle.
Realiza un estiramiento suave de la piel hacia arriba.
Repite este movimiento 5 veces y seguidamente coloca las manos en mitad del muslo para hacer lo mismo.
Para finalizar, coloca las manos por encima de las rodillas y tira de la piel hacia arriba con suavidad 5 veces, aflojando entre en movimiento y otro.
El drenaje en esta zona ayuda a eliminar las toxinas y líquidos acumulados en las piernas, favoreciendo la reducción de la celulitis y también los edemas que se localizan en los tobillos, relacionados muchas veces con el síndrome premenstrual y el embarazo.
El brazo
Sentada, dobla dobla un brazo descansando la mano sobre el hombro contrario.
Coloca la otra mano en el brazo para realizar una suave presión empujando la piel hacia arriba.
Repite el movimiento 5 veces y desplaza la mano hacia el codo para continuar realizando el movimiento en diferentes puntos del brazo.
La piel se debe arrugar hacia el hombro y la axila.
Este drenaje relaja los brazos y elimina los líquidos retenidos en esa zona.
La cara
Coloca las manos en las mejillas, de modo que las palmas estén en contacto con la piel.
Realiza círculos fijos en dirección al cuello, tirando de la piel suavemente hacia abajo.
Hazlo de 5 a 15 veces.
Esta técnica relaja la tensión del rostro y drena las toxinas acumuladas, rejuveneciendo la piel y dándonos un aspecto más descansado.
Es un movimiento para finalizar una secuencia de drenaje linfático.
Si después de las maniobras en la cara nos aplicamos un buena mascarilla, por ejemplo una buena mascarilla de frutas, y nos relajamos, absorberemos buenos nutrientes y nuestra piel se verá más bonita.
- Comparte en Facebook
- Comparte en Twitter
- Comparte en Google+
Artículos relacionados...
-
Drenaje linfático -
Ejercicio para personas que están en cama por enfermedad. -
Gimnasia en el agua.