Autómata (2014)

Publicado el 22 enero 2015 por Vigilis @vigilis
Esta película es una mezcla de la versión extendida del videoclip de Björk Guðmundsdóttir All is full of love y de los sueños más sórdidos y oscuros de la sucia y vengativa mente de Antonio Banderas. ¿Por qué es importante esto? Bueno, pues porque es la última película que rodaron juntos. Él también fue productor y ella muere sin venir a cuento. Y luego el guión le exige flirtear con una robota. No me extraña que la loca le pidiera el divorcio.

Pero no perdamos más tiempo en la introducción y vamos al asunto.
De qué va
Escenario distópico. El mundo se va al carajo por una serie de tormentas solares que provocan mucha radiación y se cargan las condiciones de vida óptimas para los humanos de un nivel científico-técnico del siglo XVIII. Estamos en el XXI y sorprendentemente la gente se vuelve medio lela y la humanidad se va extinguiendo poquito a poco.
Afortunadamente la excusa de la película no es el calentamiento global antropogénico, que ya empieza a ser un setting dificil de vender para los consumidores de ciencia ficción y las amas de casa cuarentonas fans de Antonio Banderas, públicos a los que va dirigido el filme.

La historia sucede en una ciudad inspirada en Blade Runner. Es una ciudad amurallada para impedir que la invada el desierto y tras cuyos muros se extienden muchas favelas, champas o cerros. Recuerda un poco a la imagen de Sao Paulo o Caracas. No sin razón, la producción es española aunque la cinta fuera rodada en Bulgaria. Es curioso cómo ya no se pueden rodar películas en España cuando en cierta época aquí se rodaron las mejores películas de la historia del cine. Cada vez que pienso en esto, recuerdo un capítulo de Los Simpson en el que rodaban una película en Springfield y el alcalde se inventaba un impuesto sobre los pantalones bombachos.
Banderas hace de agente de seguros que trabaja para la compañía que fabrica los robots que necesita la humanidad para hacer trabajos ya que la población se reduce igual que en Galicia. Sí, aunque no haya muchas comas habéis leído bien: sólo hay una compañía que fabrica esos robots que son omnipresentes en la vida de la gente. Muy parecido a la US Robotics de Asimov. Como parecidas son las leyes de la robótica que deben cumplir los robots de esta película. Como las de Asimov, son leyes recursivas, ya que los programadores entienden que diseñar rutinas recursivas es algo más eficiente:
  1. Un robot no puede dañar a un ser vivo.
  2. Un robot no puede alterarse a sí mismo o a otros robots.
La segunda ley me gusta mucho porque aunque no lo veamos en la película, su cumplimiento implica que en las fábricas de robots no pueden trabajar robots.

El caso es que Banderas se encarga de investigar si las denuncias que recibe la compañía por mal funcionamiento de sus productos son reales o no. Un bendito día debe investigar por qué un policía mata a un robot. El policía dice que el robot se estaba alterando a sí mismo y de ser cierto la compañía perdería la exclusividad de las reparaciones y mucho dinero. Ya vais oliendo un fallo gordo de la película —y que comparten casi todas las películas de robots—: que el producto más util de la humanidad sea un monopolio no parece una muy buena idea.
Banderas comienza a investigar el origen del robot y por el camino se va encontrando robots que se comportan de forma bizarra. Como la compañía es malvada, en lugar de apoyar a su empleado, se pone en su contra para tapar todo el asunto. Tras unos dimes y diretes Banderas acaba en las favelas encontrándose con Melanie Griffith, cuya recauchutada faz aparece dos minutos en pantalla antes de ser asesinada por dos chiquillos pagados por la compañía. Muy juguetón el Banderas.

"Anchonio, tenemous que hablar..".

Durante el ataque al taller de la ex de Banderas, el malagueño es rescatado por una robota-pilingui. Desafortunadamente queda inconsciente y se despierta en mitad del desierto con la única compañía de la pilingui y otros robots un poco tocados. Veinte minutos de aburrimiento introspectivo después llega el policía neoludita y se empieza a cargar a los robots y Banderas se lo carga a él por alguna razón.
Total, que al final llegan los dos al Escondite de los Robots y allí Banderas se entera de lo que es una máquina de Von Neumann. Pero la compañía es muy malvada y guarda un horrible secreto: los robots no los diseñó la compañía sino el primer robot que fabricaron, que no estaba coartado por las leyes de la robótica. Y para seguir guardando ese secreto no tienen mejor cosa que hacer que enviar a unos esbirros junto a la mujer de Banderas y su hija recién nacida (¿?).
Hay tiros y pasan cosas y al final todo sale bien.

Media película es esto.

Ideas buenas
Que el resultado de la película sea irregular significa que hay ciertas cosas interesantes. Los robots construyen a otro robot juntando piezas de lego y pilas alcalinas (¿?). El resultado es una especie de armadillo que no habla español. Para una película que tienen que ver humanos es una idea muy loca, pero para los robots tiene sentido que no hable. Ese robot no está pensado para interactuar con los humanos.
En general el diseño de los autómatas es el ideal: pese a que de forma mágica resuelven el problema de las baterías (hoy no tenemos robots-mayordomo porque no todavía sabemos cómo miniaturizar las baterías y que disipen el calor sin quemar a nadie), se nota que son toscos y se nota cómo se mueven las partes mecánicas. Yo no les pondría ojos ni cabeza, pero no se puede tener todo.
Fembots: es una idea con mucho sentido. La humanidad desarrollará androides porque necesita astronautas, buceadores, soldados o porque se cansa de la parienta.

La mayor parte de los guionistas son hombres.

Por otro lado hay muchas cosas que no me convencen.
Ideas no tan buenas
  • Involución tecnológica: este fenómeno sólo tiene sentido por requisitos del guión, pero si tratas de hacer ciencia ficción dura, es poco creíble que la involución permanezca en el tiempo. Por supuesto que hay involución si se extingue casi toda la humanidad, pero una vez superada la crisis y encima con mano de obra esclava (los robots), no parece muy creíble que la gente continúe utilizando buscas y no sepa fabricar aviones. Estamos hablando de un mundo en el que la humanidad se reduce a los 21 millones no a los 21 murcianos.
  • Corporación Malvada: este cliché tuvo su momento de gloria en los 80, airearlo hoy se debe más a guionistas vaguetes que a otra cosa. Aunque los teóricos de la conspiración fantaseen con un mundo dominado por multinacionales, esa creencia no parece muy relacionada con la realidad: las multinacionales son multinacionales porque tienen detrás a estados fuertes que las apoyan. Y sus inventos y desarrollos dependen de una gran red de conocimiento que involucra a muchos agentes que no trabajan en esas multinacionales. No veremos en los próximos años a grandes multinacionales en Belize o Kenya precisamente porque carecen de la infraestructura de tecnología y conocimientos que requieren.
  • Zona Prohibida: también conocida como Zona Muerta o Zona Radiactiva, otro tropo de guionistas vagos. En esta película hay radiación en una zona a la que los humanos no puden acceder porque se olvidaron de cien años de experiencia tratando con la radiación por alguna razón. La Era Atómica molaba, pero ya no vivimos en ella y la radiactividad no parece hoy algo que temer porque sabemos lo cara que resulta la guerra atómica y en el momento en que alguien inyecte combustible en un ICBM hay cuarenta países que lo detectan.
  • Megaciudad Malvada: otro lugar común explotado hasta la náusea. En una escena de la película, la mujer de banderas va a un hospital a dar a luz y el médico le pide antes la tarjeta del seguro porque en lugar de ser médico supongo que se trata de alguna especie de psicópata. Igualmente, vemos las favelas fuera de la ciudad y a los mendigos que se acercan al muro les pegan un tiro porque... porque sí. No tiene mucho sentido que una parte de la población viva más o menos bien y otra muy mal sobre todo cuando la humanidad se reduce a la población de Rumanía. Y también sobre todo porque ese escenario parece que tiene poco que ver con el lugar al que se dirige la humanidad.
Conclusión
Meritoria para los aficionados al género. La película contradice a quienes dicen que no se puede hacer cine en España sin gusto a Hollywood.