Creo que el sector del automóvil va a experimentar cambios importantes en los próximos 10 a 20 años. En mi opinión se van a dar cuatro factores que tendrán una gran incidencia:
1. Se van a vender menos coches, porque las nuevas generaciones no compran coches al mismo ritmo que las pasadas, y el envejecimiento mundial juega también en su contra.
2. Se van a vender menos coches a largo plazo porque se va a evolucionar hacia el coche autónomo, en el que están trabajando Google y todos los fabricantes, de un modo u otro.
3. Se van a vender menos coches porque se va a primar el uso del transporte público, si se quiere parar el calentamiento global.
4. Y los coches que se vendan van a se eléctricos o impulsados por energías renovables de forma creciente en los próximos 10 a 20 años.
Sin embargo, es curioso que estemos viviendo una primavera en el sector, con unas tasas de crecimiento y rentabilidad altísimas. En EEUU, por ejemplo, General Motors, Ford y Fiat Chrysler han pasado de los problemas de finales de la década pasada a un paraíso de rentabilidad. De hecho, su revalorización en bolsa es notable en los tres casos, y especialmente en General Motors.
Es una situación típica con la que nos encontramos los inversores: una visión negativa a largo plazo con simultaneidad a un alza importante en el momento que estamos viviendo. No es fácil gestionar esas situaciones, pero ¡qué le vamos a hacer!