Autorretrato con púas y la personalidad evitadora

Por Lizardo



Autorretrato con púas (22 años)
Soycomo los cactusque cultivoaltosecoespinosofríoe hirienteperomaldiciónno puedoevitarde vez en cuando
darte
desde mi centrouna flor amarilla

Este poema del laureado Óscar Limache (Viaje a la lengua del puercoespín, Premio Copé 1988) me ha gustado siempre mucho. El poeta parece hablar desde su resguardo de púas, desde su desmesurada ansia y su abrumadora ansiedad. Tal como el poema alegoriza, así es la personalidad evitadora o evitante o evitativa (formalmente llamada Trastorno de Personalidad por Evitación).
El término es relativamente reciente (T. Millon lo introdujo en la década de 1960) aunque el concepto ya existía bajo otros apelativos. Por ejemplo Kurt Schneider distinguía a los 'inseguros de sí mismos' -específicamente con la variable de 'sensitivos'- como sujetos 'con capacidad de impresión aumentada para todas las vivencias y con imposibilidad de descarga'. Para Schneider, a la vez que para Kretschmer, el sensitivo  buscaba en sí, antes que en nada, la culpa de todo acontecimiento y de todo fracaso. Kretschmer redondeaba así la idea de la predisposición actitudinal de estos individuos: 'buscan en todo lo posible evitar y anular toda estimulación procedente del exterior'.
¿Y por qué este temor cerval al mundo exterior al punto de procurar su distancia aún a costa de erizadas protecciones? Estos individuos, los evitadores, son dominados por un temor intenso a la humillación y al rechazo, existe en ellos una tensión intolerable al relacionarse con otras personas y acicalan su soledad como un medio para evitar dicha tensión aunque, en el fondo, anhelan fervientemente ser objeto de aceptación y amor.
Si bien es cierto que los evitativos son vistos como gente tímida, inepta, sumisa, socialmente relegada, temerosa y por tanto aislada, en el fondo aprecian la sociabilidad y querrían formar parte del grupo, pero tal es su miedo al desprecio que muchas veces se protegen con una apariencia de hostilidad y reserva, hasta de desencanto y desapego, como si supiesen de antemano que la fiesta de la vida fuese consuetudinariamente para los otros, aunque finalmente ellos pueden llegar a abrirse y confiar en personas seleccionadas que consiguen ganarse su cercanía, para revelar así su delicada sensibilidad espiritual, esto es, aquella alegórica inflorescencia gualda.
Por ello nada más paradójico e injusto que tildar a los evitadores de 'antisociales' por no frecuentar saraos ni sumarse a cofradías. 'Antisocial' es término que se usa en psiquiatría y psicología para designar al trastorno de personalidad que desconoce las reglas, carece de escrúpulos, no experimenta emociones superiores, es insensible, impulsivo, cruel... esto es, precisamente lo opuesto al evitador.
El evitante reune en sí el ansia del encuentro interpersonal y la ansiedad anticipatoria  ante tal comunión  pero en superlativo grado ambas, en desbordante pero reprimida tensión interior como la fresca pulpa secreta del cactus: de tal erizada, punzante presencia, emerge muy de vez en cuando una flor.
Enlaces:
- Viaje a la lengua del puercoespín, de Óscar Limache (Descargar en pdf).
- Reichborn-Kjennerud T, Czajkowski N, Torgersen S, Neale MC, Ørstavik RE, Tambs K, Kendler KS. The relationship between avoidant personality disorder and social phobia: a population-based twin study. Am J Psychiatry 2007; 164: 1722-8.
- Fogelson DL, Nuechterlein KH, Asarnow RA, Payne DL, Subotnik KL, Jacobson KC, Neale MC, Kendler KS. Avoidant personality disorder is a separable schizophrenia-spectrum personality disorder even when controlling for the presence of paranoid and schizotypal personality disorders The UCLA family study. Schizophr Res 2007; 91: 192-9.