Hay secretos a voces y Alberto San Juan ha aireado uno en su actuación de la tarde del domingo 20 de noviembre en el Teatro de Zafra con su monólogo Autorretrato de un jovencapitalista español escrito por él mismo (como indica su propio título) y producido por Animalario. Teatro político de tinte ácido y crítico, teatro pobre al modo de Grotowski para resaltar la denuncia de Alberto San Juan, rasgo habitual en la obra de este controvertido actor madrileño que, a lo largo de su obra, justificó mediante una disertación bien documentada el origen de la penosa situación económica actual (paralela a la vida del personaje nacido durante el tardofranquismo) en la transición española que no supuso una ruptura con el régimen anterior sino la continuidad de la misma oligarquía financiera durante la autarquía, cuyos derechos se mantuvieron gracias a los pactos con la recién creada monarquía parlamentaria (establecida por el franquismo), oligarquía bien afianzada por diversos tratados internacionales posteriormente, que se nutren de la misma fuente neoliberal que retroalimenta el expolio bajo dos premisas: mantener al pueblo en la ignorancia y en el miedo.
Una obra que no quiere plantear soluciones sino problemas e inquietar a los espectadores en un proceso de fuerte empatía y catarsis en la que, pese a la oscuridad y denuncia transmitida, Alberto San Juan encuentra la esperanza en la disolución de los prejuicios que socavan nuestro horizonte estirando nuestra mente hacia los límites de lo imposible y más allá. Reivindicando, en suma, la utopía de un mundo nuevo y posible donde se pueda vivir sin miedos. Ese mundo está aquí, afirma el actor, sólo es necesario vivir de acuerdo a nuestros sueños.