Por Juraima Almeida
Fuentes: CLAE
La Conferencia de Política de Acción Conservadora (CPAC), en el balneario brasileño de Camboriú, presentó, además de la verborragia agresora e insultante del presidente argentino Javier Milei, la candidatura a la presidencia de Bolivia de Branko Marinkovic, empresario aceitero de derecha, liberal y conservador que aspira a llegar al Palacio del Quemado el año que viene.
Camboriú, la Dubai brasileña, ciudad escogida para la gran convención de la extrema derecha y la primera visita de Javier Milei a Brasil es un destino turístico aspiracional y uno de los rincones más conservadores de Brasil. El último motivo de su orgullo es la Triumph Tower, que con sus más de 500 metros será el edificio residencial más alto del mundo.
Es una ciudad no apta para los seguidores del “lujo silencioso”. Aquí el dinero se exhibe. La religión también es un ingrediente importante que lo decanta todo hacia la derecha. Cada año, el congreso de los evangélicos Gideões Misionarios de la Última Hora, reúne a más de 100.000 personas en Camboriú.
La Red Atlas los cría, Bolsonaro los reúne
El CPAC Brasil es una iniciativa del diputado federal Eduardo Bolsonaro (PL-SP) y solo permite la participación de «miembros del Instituto Conservador-Liberal». Fundado en 1974, CPAC es una de las reuniones conservadoras más grandes e influyentes de Estados Unidos, reuniendo a políticos, activistas, líderes de opinión y miembros del público interesados en ideas ultraconservadoras. Cuenta con el financiamiento de la Red Atlas (Atlas Netwok), el think-tank ultraderechista.
La conferencia es conocida por sus discursos, paneles de discusión y eventos sociales que abordan temas como política, economía, derechos civiles y seguridad nacional. En años recientes, el CPAC ha reflejado un giro hacia las políticas e ideologías promovidas por el expresidente Donald Trump.
Branko Marinkovic, quien fue presidente del Comité Cívico pro Santa Cruz entre 2007 y 2009, dijo que tuvo que «exiliarse» en Brasil, donde vivió los últimos diez años y medio. Además participó como ministro de Planificación del Desarrollo de Bolivia y ministro de Economía y Finanzas durante el gobierno ilegítimo de Jeanine Áñez, cargó contra el Estado boliviano y dijo que si asume liberará a «todos los presos políticos».
El libertario presidente argentino Javier Milei fue uno de los protagonistas centrales de la segunda jornada de la CPAC, tras haber insultado en días anteriores al presidente brasileño Ignacio Lula Da Silva. Y lula había sido claro: si volvía a insultarlo, Brasil analizaría retirar a su embajador en la Argentina.
«¡Lula, tu lugar es la prisión!», cantaban los bolsonaristas cuando Milei ingresó al salón donde se realizó el acto. Uno de los momentos más destacados de su intervención fue su defensa ferviente de Jair Bolsonaro, quien actualmente enfrenta investigaciones por su supuesto intento de golpe de estado tras la victoria electoral de Lula da Silva. «Miren la persecución judicial que sufre nuestro amigo Jair Bolsonaro»,exclamó.
Describió el socialismo como una ideología que lleva al «desastre económico, social, político y cultural», y argumentó que la censura es una herramienta utilizada por los socialistas para evitar confrontar sus ideas en el mercado libre de pensamientos. «Porque como no se animan a enfrentarnos en el mercado de las ideas, porque saben que no pueden derrotarnos, lo intervienen y prohíben la circulación de las ideas que no les gustan», afirmó Milei.
El agresivo show de Milei
Milei no empezó de la mejor manera, porque su primera actividad fue mirar por televisión con Bolsonaro la definición por penales entre Brasil y Uruguay donde la «verde amarela» fue eliminada y que tampoco terminó como estaba previsto: en la Conferencia Política de Acción Conservadora se esperaba celebrar una victoria de Marine Le Pen en las elecciones parlamentarias de Francia, pero el resultado fue una dura derrota en manos de la izquierda.
Pero intentó tener un cierre “religioso”. “Hoy quiero decirles, confien en ustedes mismos. Háganse dueños de la pelea en cada rincón que sea necesario y tengan fe de que si lo hacen con convicción lograrán el objetivo. Como dice el libro de los macabeos, la victoria en la batalla no depende de la cantidad de soldados sino de la fuerza que viene del cielo”.
“Quiero decirles algo, vamos a salir de la miseria, les guste o no a los socialistas, con su apoyo o sin su apoyo, porque la gran mayoría eligió el cambio de régimen profundo que nosotros prometimos en campaña, y lo eligió con el resultado electoral más holgado en décadas. Nosotros tenemos el compromiso indeclinable de cumplir con el deseo de la mayoría, aunque los beneficiarios de este sistema corrupto, parasitario y empobrecedor, muevan cielo y tierra para evitarlo. ¡No pasarán, no lo lograrán, vamos a sacar al país adelante!”
Y dejó unas cuantas perlas; “Cuantas más leyes tiene un país, menos justo es, sobre todo si se trata de leyes que ponen en cuestionamiento los pilares de nuestra sociedad y nuestro derecho constitucional que son la defensa de la vida, la libertad y la propiedad. O nuestra versión aquí de Dios patria y familia”,dijo.
“Miren lo que pasa en Venezuela, que no hay ningún gobierno del mundo que no reconozca que es una dictadura sanguinaria. Miren lo que pasó en Bolivia en 2019, cundo Evo Morales se obstinó con un tercer mandato anticonstitucional. Miren la persecución judicial que sufre nuestro amigo Jair Bolsonaro aquí en Brasil. Y miren lo que está pasando en Bolivia ahora mismo que están dispuestos a montar un falso golpe de Estado con tal de sumar un puntito mas en otra elección”, añadió en su provocación.
Luego de ser ovacionado por el público bolsonarista, el Presidente argentino se largó a hablar y, con los mismos lemas de siempre, empezó a ver socialismo por todos lados. Así calificó que en los últimos 20 años, en América latina, los gobiernos populares fueron, en realidad, “una verdadera receta del desastre, tanto en lo económico, lo social lo político y lo cultural”. Y calificó que “lo único que les interesa a los socialistas es el poder por el poder mismo”.
Milei decidió no acudir a la cumbre de Mercosur que se celebra en Paraguay alegando una “agenda sobrecargada”, para darse un baño de masas con sus fans ultraderechistas en tierras brasileñas. En días anteriores, en un post sobre el intento de golpe en Bolivia atacó a un “perfecto dinosaurio idiota”, que muchos interpretaron como una alusión a Lula, al que sí nombró directamente para llamarle corrupto y comunista, y tensar al máximo las relaciones diplomáticas y comerciales con el principal socio de su país.
Más ultras latinoamericanos
El representante de la ultraderecha mexicana fue el actor y cantante Eduardo Verástegui, quien apuntó contra la clase política de su país y adelantó que iniciará la formación de un movimiento de derecha para el próximo año. “La mayoría de los mexicanos no tenemos representación política. Hoy tenemos un gobierno de zurdos y muy corrupto. No tenemos oposición, no tenemos opciones para votar porque no hay una verdadera oposición, por lo tanto no hay una verdadera democracia”, opinó.
Y concluyó su discurso con un anuncio: “No tenemos un partido de derecha real que vele por los intereses de los mexicanos. Por eso, en 2025 empezaremos la formación de un movimiento político. Muy pronto comenzará la restauración de México”.
Mientras, el ministro de Justicia y Seguridad de El Salvador, Gustavo Villatoro, destacó las políticas del gobierno de Bukele para terminar con la violencia y la criminalidad en su país: “tuvo la fuerza y valentía de devolver la esperanza a millones de salvadoreños”.
“Se necesita mucho coraje, y no lo lograron seis gobiernos anteriores. Todos llegaban al poder y solo escuchaban al 3%. En ese 3% estaban los criminales, las organizaciones internacionales, y las ONGs. Pero nosotros, con el presidente Bukele, representamos al 97% de los salvadoreños (…) Para nosotros democracia no es eso que nos están vendiendo: no es solo ir a elegir a un presidente un domingo. Democracia es hacer lo que dice el pueblo. Si el pueblo necesita seguridad, nosotros le damos seguridad”, dijo.
Añadió que esas organizaciones internacionales que denuncian violaciones a los derechos humanos en su país “están enamoradas de los criminales, no de los buenos salvadoreños”. Destacó que el gobierno de Bukele en su segundo mandato está luchando “contra los asesinos seriales y contra los corruptos”. “A estos perversos globalistas le decimos que ‘dato, mata relato’. Si quieren, les damos a los pandilleros, como dijo el presidente”, añadió.
Por su parte, el diputado chileno Luis Fernando Sánchez Ossa, del Partido Republicano, apuntó contra la creciente injerencia del régimen iraní en América Latina: “Irán está financiando a los países comunistas, un país liderado por un califato. Ese bolsillo hoy mantiene a la izquierda a flote”, señaló. Y agregó: “Con el dinero de Irán las dictaduras comunistas se quieren meter en nuestros países; y con mercenarios que activan para asesinar a sus ciudadanos en nuestro suelo”.
José Antonio Kast, excandidato presidencial y líder del Partido Republicano chileno defendió la creación de una coalición en Latinoamérica para presionar por el fin del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela y permitir que millones de venezolanos regresen a su país. Afirmó que si la “narcodictadura” de Maduro no termina el 28 de julio, cuando están previstas las elecciones presidenciales en Venezuela, Latinoamérica tendrá que unirse para presionar por el fin del régimen.
Kast pidió a los cerca de 3.500 militantes de derecha reunidos en Brasil un aplauso para Edmundo González, el candidato presidencial de la opositora Plataforma Unitaria Democrática (PUD), y para María Corina Machado, principal líder opositora y que fue impedida de disputar las elecciones, por estar “jugándose la vida por la libertad en Venezuela”.
*Investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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