Aventuras de Diego José Aragor Iriarte en Venezuela

Por Basozaina
En épocas pasadas, las rígidas leyes del mayorazgo en el País Vasco, por las que el caserío y todas las tierras asociadas eran heredadas por una sola persona, normalmente el primogénito, tenían evidentes consecuencias en la organización familiar y social; se forzaba a los varones no primogénitos a la emigración del núcleo familiar, normalmente al ejército o a la iglesia. Los varones que permanecían en el caserío, desheredados, no se casaban, y debían trabajar a las órdenes del hermano mayor. Las mujeres en cambio se hacían cargo de la administración del caserío, adquiriendo un estatus social muy alto en comparación con otras culturas cercanas, lo que se tradujo en la famosa teoría del matriarcado vasco.
Dionisio Aragor Ugalde nace en Gaztelu en 1708, siendo el cuarto hijo de Francisco y María y  emigra en la década de los treinta a Oiartzun, en donde se casa con María Ascensión Iriarte, con quien tiene 8 hijos, el séptimo de ellos de nombre Diego José (1752-1814). Las minas de Arditurri, el cercano puerto de Pasaia, la frontera con Francia y el intenso trajín de la zona despiertan en Diego José el ansia de aventura, ambición y prosperidad. Diego José y acompañado de su hermano Manuel Vicente parten para Venezuela en 1765 probablemente por medio de la Compañía Guipuzcoana, que operó desde 1730 hasta 1785 y que tuvo gran influencia en el desarrollo económico, social y político de la colonia. Esta Real Compañía amparada por el rey Felipe V de España y de capital principalmente guipuzcoano, operaba en salida desde puertos guipuzcoanos hasta Venezuela, siendo el de Cádiz puerto obligado de llegada, hasta convertirse en una especie de monopolio comercial, que inevitablemente originará muchos conflictos.
Como curiosidad de las peculiares transacciones de esta Compañía Guipzucoana, fue su interés por la pesca de perlas en isla Cumagua y Margarita, hasta llegar a la total extinción de los ostrales de aquellas islas, siendo además el oro, la plata, el cacao o la caña de azúcar otras de sus debilidades.
Manuel Vicente se establece en los Valles del Tuy con residencia en Caracas y muere en 1789 sin dejar descendencia, dejando una considerable fortuna a su hermano Diego José.
Diego José se establece en Altagracia de Orituco donde contrae matrimonio con Micaela Ramona Pérez, nativa de ese poblado. Tienen cinco hijos entre 1790 y 1799, siendo este el origen de la extensísima descendencia que lleva el apellido Aragor en Venezuela.

Aragortarrak

Casa de la Compañía Guipuzcoana en la Guaira

Diego José se convierte en un rico terrateniente propietario de esclavos en la zona de Orituco y Macaira, ambas del Estado Guarico de Venezuela. Fueron muy famosos y bien documentados sus litigios con los indígenas de la zona, sobre todo con el cacique indígena Chapaiguana, quien nombró como abogado defensor en el pleito con Aragor al famoso prócer de la independencia venezolana Juan Germán Roscio.
La trágica muerte de Diego José Aragor fue consecuencia del Decreto de Guerra a Muerte dictado por Simón Bolivar en la ciudad de Trujillo el 15 de junio de 1813. Según este decreto, los españoles y canarios que no conspiraran  contra la tiranía hispánica y a favor de la emancipación americana serán considerados enemigos, castigados como traidores a la patria e irremisiblemente pasados por las armas, aun siendo indiferentes al conflicto.
Este criterio fue aplicado a los españoles Diego José Aragor, Juan Maria Cerpa y Gil, Andrés Juan Marrero y José de Paíz, los cuatro residentes en Altagracia de Orituco. Estos cuatro personajes fueron enviados a la ciudad de Caracas en calidad de prisioneros por el Comandante Julián Infante, cumpliendo órdenes del Gobernador de la Provincia. Los cuatro rehenes fueron ejecutados en la Guaira el 8 de febrero de 1.814, por el Coronel Juan Bautista Arizmendi, entonces Gobernador interino de Caracas.
Esta es una historia todavía sin final, la numerosa descendencia de Diego José en Venezuela preocupada por sus orígenes, quiere saber si Martín Aragor, abuelo de Dionisio y bisabuelo de Diego José, dejó en Gaztelu descendencia que aún perdure y haya llegado hasta nuestros días.
Esta muy interesante historia........... continuará.