Supongo yo que en ese taller de Logroño deben de tener más trabajo que en todo el país junto.
Fue entonces cuando Él decidió tomar cartas sobre el asunto. Me recordó a aquel padre en entrevista hablando de la falta de trabajo de su retoño:
- Déjalo, cari, que de esto me encargo yo...
No sé qué dijo, ni qué palabras, o quizá fue el acento de más allá del Sistema Central, que crea redes, en una especie de olor tribal que une a la gente más allá del teléfono y por encima del límite de los 400 kilómetros de distancia. Él aquí, en el salón, el mecánico allá, acordando sin problemas que el capó verde del Negrevercarruaje ya estaba levantado y el diagnóstico era la correa rota y no sé qué artilugio infernal más.
- Tranquila, Negre, que el jueves como tarde ya puedes volver a Logroño a por el coche.