"De Madrid, a las Fallas de Valencia, el día 14 (de 1978). Aquel sí era un compromiso muy importante y no podía fallar. Alternaba con Emilio Muñoz, con quien mantenía una fuerte competencia desde la temporada anterior, y tenía que ganarle la primera pelea. Pero mis ganas no fueron capaces de superar los mareos. Todo la plaza me daba vueltas, no podía mantenerme en pie. Estuve muy mal. Emilio se dio cuenta de que estaba enfermo y me aconsejó que me fuera a la enfermería. Pero no me podía permitir ese lujo. Momentos después, pasé la mayor vergüenza de mi vida: me dieron un aviso. Cuando lo escuché, creí que me moría. Era el primer aviso de mi carrera, un deshonor que no entraba en mis cálculos. A mí no me podían dar nunca un aviso. Y me consideré un fracasado". Pepe Luis Vargas "La fuerza de una pasión" (Antonio Lorca). La lluvia de avisos en los ruedos todas las tardes son sirenas de alarma, las campanas del apocalipsis taurino... (el Rey, de los avisos. Éste nunca tuvo vergüenza)