Aviso para Navegantes Emigrantes

Por Manuel Somavilla
     El bonito episodio que les voy a relatar, me sucedió en el mes de Mayo del año 2010, momentos en que me estaba trasladando a vivir de España a Brasil en compañía de mi esposa, de donde ella es natural y a dónde ella había regresado a causa de la crisis.
     Pues como les estaba diciendo, en aquellos días del año 2010 yo acababa de recibir un dinero que pensaba en llevarme a Brasil y que nos vendría muy bien para iniciar los trámites de cambio de país con los gastos que ello conlleva, cambio de casa, etc.
     Inicié los trámites con todo el papeleo en el consulado de Brasil de Madrid, hasta dónde me tuve que desplazar  en dos ocasiones desde Cantabria, una con mi esposa para dar entrada a todo el proceso de residencia y una segunda yo sólo para recoger los documentos una vez estuvieron preparados.
     Creía yo que hacía un negocio transfiriendo el dinero por medio del Banco situado en el mismo edificio del consulado, pues las comisiones cobradas eran bastante menores que las que cobraba una entidad bancaria española y, por supuesto, que mi caja de ahorros
     Después de hacer la transferencia desde mi Caja de Ahorros hasta la entidad bancaria de Brasil en Madrid que, por cierto, fue casi gratis por ser cliente, el recorrido del dinero de la transferencia del Banco de Madrid hasta la oficina de Brasil, fue un holocausto que llevo el dinero hasta Alemania, de dónde tuvo que rescatarlo la bancaria de mi nueva sucursal Brasileña de la entidad.
     El dinero transferido, unos 20.000 euros, al cambio existente en aquellos días, 1 euro=2,5 R$, se debería haber convertido en unos 50.000 R$, R$ arriba, R$ abajo.Pues no, solamente me ingresaron 41.865 R$, R$ arriba, R$ abajo, un cambio muy inferior al existente que no llegó siquiera a 2,1R$ por euro.
     Y aquí ya entra la picaresca, el "piensa mal y acertarás", la mala fe, el engaño al cliente, la corrupción de los funcionarios, las bandas organizadas o el simple latrocinio. Por que todo lo demás son cuentos y vanas explicaciones para echar fuera la pelota y escurrir el bulto.
     Yo solo sé que me robaron un dinero que me pertenecía.
     Por experiencia hago la siguiente recomendación:
     Antes de cerrar cualquier operación monetaria para transferir,  sobre todo en las transferencias entre países con distintas monedas, donde el cambio fluctúa de un día para otro, no os canséis de preguntar las comisiones, el día que se hará el cambio (para saber el importe exacto de la transferencia), el recorrido que seguirá el dinero y, bueno, todas las demás preguntas importantes que seguro se os ocurrirán. 

Por que el engaño no está en las comisiones cobradas por el banco en cuestión, que simplemente son un gancho para incautos, sino en el tipo de cambio aplicado que no es ni de lejos el del banco central en cuestión.


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