Ni él mismo debe creer en todo lo que dice cuando defiende a este gobierno kirchnerista. Si hasta el Papa Francisco se molestó por su postura tan cerca de Cristina, y tan lejos del pensamiento peronista original.La noche del debate, fue el peor momento de su vida y tuvo que enfrentar las cámaras de televisión con un rostro tenso y de difícil simpatía hacia el público. No pudo disimular el malestar que le causaban tanto las preguntas incomodas como las acotaciones del candidato de la oposición, empezando con pasarle factura por su ausencia el día del primer debate. La comisura de sus labios que se estiraban hacia atrás toda vez que oía la palabra “gobierno al cual perteneces”, no hacía más que evidenciar el estado de nerviosismo y fastidio por tener que estar en ese lugar contra su voluntad. Él ya sabe que todo está perdido porque tiene el boleto picado que le entrego su presidenta, quien se encargó puntillosamente primero de correr al candidato Randazzo, dejándolo solo a él frente a las PASO; segundo poniéndole dos salvavidas de plomo como Aníbal Fernández y el Maoísta Zaninni para que compita contra dos fórmula uno como son Vidal y el propio Macri.
Pero a Danielito no le importó todo eso, porque lo único que él quiso siempre desde que llego a la gobernación de la provincia de buenos aires, era convertirse en el próximo presidente de los argentinos. Se siente muy confiado con poder lograrlo porque siempre tuvo la astucia de saber ponerse al lado de personajes “exitosos” como el occiso Néstor Kirchner y el ya casi retirado -pronto a guardar arresto domiciliario-, Carlos Saúl Memen. Vaya modelos para imitar! Pero esto no nos sorprende si entendemos que desde muy temprano, cuando Danielito competía con su moto lancha “La Gran Argentina”, los triunfos que obtuvo en plena época menemista, fueron todos “comprados” para que tenga guardo un lugarcito en el podio de los grandes deportistas argentinos. En esto, el muchacho siempre fue a fondo, tanto es así que para obtener el triunfo en la carrera de 1000 kilómetros del Delta del Paraná, hizo trampa atándose el brazo derecho al timón de la embarcación. Fue así como aquel fatídico 4 de diciembre de 1989, mientras Danielito conducía su embarcación la "Gran Argentina", a la altura de la ciudad de Ramallo, perdió el control de su máquina a raíz de una ola generada por un buque pesquero, y se estrelló. El impacto literalmente le arranco el brazo (como cuando uno troza la pata de un pollo con la mano), expulsándolo con velocidad hacia el rio.