Ayer hablé con un independentista catalán

Por La Cloaca @nohaycloacas

Publicado por Nacho S

Ayer hablé con un independentista catalán. No obstante, antes de contaros cómo transcurrió la charla, para entender esta historia hemos de remontarnos a mi tierna infancia.

Yo nací en Sevilla, y me crié en el barrio de Los Remedios, un barrio que tiene el triste récord de ser el gran barrio de España donde más se vota al Partido Popular. En las últimas elecciones autonómicas (2015), en plena debacle del partido de Génova, el voto al PP representó el 61,06% de los votos válidos, aun presentándose por primera vez Podemos y Ciudadanos, y a pesar de todo se situó alejado del 81,29% de los votos obtenidos en las autonómicas de 2011.

No es de extrañar, dado el contexto, que a algunos de los chavales de mi barrio les diera por ir más allá de lo que mamaban en casa y pasaran a la acción radicalizada y al activismo político, por llamarlo de alguna manera. Yo siempre he sido bastante pintas, y eso es algo que chirriaba mucho en las cerradas mentes de estos pequeños fascistas. No pasó mucho hasta el primer día que estos individuos me “abordaron” en la Plaza de Cuba, allá por el 2004.

Eran chavales que pertenecían a una organización fascista que se reunía a pocas calles de donde yo vivía. Su local estaba decorado con banderas nacionales y franquistas, mezcladas sin rigor. Este tipo de asociaciones siempre están presididas por alguien viejo y con pasta, que por supuesto no se va de “cacería”, para eso están los chavales. Aunque en ocasiones surgen agrupaciones abiertamente fascistas que se presentan a las elecciones y obtienen un puñado de votos, es un hecho que a falta de un partido de ultraderecha, toda esta gente vota en su inmensa mayoría al PP.

Volviendo a la Plaza de Cuba, sin entrar en cómo transcurrió el, por decirlo así, “diálogo” con ellos, lo que atesoré de la conversación fue lo siguiente:

  • Que primero los de “aquí” y luego los de “allá”.
  • Que existe una raza española, que nos une a todos en una identidad única. (Muestran un rechazo amplio a hablar de los árabes. Ni mezcolanza histórica ni nada. Raza.)
  • Que la bandera nacional hay que exaltarla y jalearla.
  • Que la corrupción del PP no importa porque ellos son los únicos que velan por el españolismo.
  • Que la gente que viene de fuera se lleva la riqueza que se crea por los españoles en forma de ayudas y robándonos el trabajo. (Se produjo un momento muy tenso cuando le pregunté al chaval si su padre recogía fresas en Huelva.)

Tras este “intercambio de ideas” y de los momentos tensos pertinentes que concluyeron con uno de ellos abalanzándose sobre mí para intentar pegarme, mi mente naive salió de todo aquello sorprendida de lo que el ser humano era capaz de hacer y creer cuando se le envenena el pensamiento con la hiel del patriotismo exacerbado. Desde aquel momento, para mí, todas esas personas que reúnen las ideas expuestas, pasaron a ser simple y llanamente: fascistas.

Volamos hasta el 2015.

Ayer, como he dicho, me presentaron a un independentista catalán y mantuve una charla con él.

Se presentó como una persona de izquierdas. Llevaba rastas y vestía con estilo hippie. También llevaba una especie de gorra con un pin de la bandera independentista catalana.

Tras charlar un rato con él me transmitió las siguientes ideas:

  • Que Cataluña produce una gran cantidad de riqueza que se pierde vertida a otras autonomías de España más pobres. (Momento incómodo cuando pregunto si en una Cataluña independiente la provincia de Barcelona, que centra la inmensa mayoría del PIB de la Comunidad, no revertiría la riqueza entre las comarcas más pobres de Lleida, Girona y Tarragona. Constato que no ve con los mismos ojos revertirla en un ilerdense que en un asturiano. Ya que uno es de los suyos y el otro es de fuera.)
  • Que Cataluña tiene una identidad unitaria que aglutina a sus gentes, una bandera y una historia a lo largo de los siglos que hay que exaltar y recomponer en forma de los llamados Països Catalans. (Me confirma de mala gana ante mi pregunta, que toda su familia por ambas partes es oriunda de Andalucía.)
  • Dice que ha votado a la CUP pero muestra una amplia admiración por las figuras de Artur Mas y Pujol, quienes dice que han defendido y han velado por el catalanismo, minusvalorando todas las corruptelas y saqueos a las arcas públicas de estos políticos derechistas y burgueses y viendo con buenos ojos la victoria del partido Junts pel Sí.

Tras todo esto yo, que me considero una persona de izquierdas, quedé bastante desconcertado, y me fui preguntándome qué solución tiene todo esto, cuando los que ahora mandan en España aplauden a los chicos que me abordaron en la Plaza de Cuba y los que mandan en Cataluña aplauden al rastas que conocí ayer.

Tal vez, ya que la mayoría de España ha elegido a los de la Gurtel, a los de la amnistía fiscal, los sobresueldos, las tramas inmobiliarias y a Rato, y en Cataluña la mayoría ha elegido a los del 3%, a los herederos del clan Pujol, a los del caso Palau, a los del dinero en Suiza y a esos políticos ricos que han conseguido que la gente apoye su proyecto soberanista casi triplicando el número de independentistas que había antes de la crisis, tal vez repito, merezcamos irnos todos a tomar por culo.