'Ayer no termina nunca' la ciencia ficción en crisis por Isabel Coixet

Publicado el 11 febrero 2013 por Fimin

Messi gana su décimo Balón de Oro, Espña pide su tercer rescate y el Barça bate todos los records con el multimillonario fichaje del delantero Vassilikof. Así se presenta"Ayer no termina nunca", dicho de otra forma, los devastadores y dolorosos efectos (futuristas) de la crisis según Isabel Coixet.

¿De qué va?

Barcelona, 2017. Una pareja se reencuentra después de cinco años de no verse y de haber pasado unas circunstancias difíciles en sus vidas. Cuando sienten que el pasado ya no tiene importancia de repente vuelve. Las heridas no cerradas permanecen siempre abiertas.

¿Quién está detrás?

Isabel Coixet recuperando la esencia de "Mi vida sin mí" y "Cosas que nunca te dije".

¿Quién sale?

Tras brillar ambos con luz propia en el reparto coral de "Una Pistola en Cada Mano", Javier Cámara y Candela Peña recuerdan aquellos maravillosos años de "Torremolinos 73" acaparando con encomiable sobriedad dramática todos y cada uno de los planos de una íntima Coixet.

¿Qué es?

Los devastadores efectos de la crisis según Isabel Coixet

¿Qué ofrece?

Nerviosa pero lúcida, Isabel Coixet presentaba ayer su nuevo film empezando por agradecer a la platea que llenara la sala en una sesión de domingo a las 22.30: "Es el peor momento de la semana, sobre todo para los alemanes, que tenéis trabajo".Una introducción que se nos antoja inmejorable teniendo en cuénta que la mayoría del público eran españoles en el mundo, o mejor dicho,españoles en Berlín. Justamente igual que Javier Cámara, quien también decide huir a Alemania (Colonia en este caso) tras su trágica ruptura con una Candela Peña atrapada en la más absoluta desidia por la muerte de un hijo en común a manos de un país que se cae a pedazos.

Bajo tan 'sugerente' premisa, 10 años de incomunicación dan paso a un dramático reencuentro en un desolador paraje tarkovskiano. Y como mandan los cánones, lejos de cicatrizar la herida, Coixet acaba por hacer sangre hurgando en la llaga. Las alusiones directas a los más de 7 millones de hogares desocupados que allá por el 2017 augura que habrá en España, o a unos recortes que indirectamente se han llevado la vida de un hijo por delante, sirven de principal vehículo para llevarnos hasta el más profundo dolor de una pareja cuyo extremo sufrimiento y desazón bien podría equiparase al sentir general de un país en ruinas. Metáfora, poesía y sobre todo dolor, mucho dolor, son las principales armas de una inconfundible mirada que esta vez se revela sorprendentemente cruda, desnuda, y que no contenta con no defraudar a sus fans, aspira a ganarse gran parte de sus detractores.