De forma mezquina, vil,
premeditada y rastrera,
consiguieron que se fuera
la gran María San Gil.
Con otro tejemaneje
repulsivo e inmoral,
también a Santi Abascal
le obligan a que lo deje.
A Mayor Oreja, odiado
porque les daba consejos,
para tenerlo bien lejos
lo hacen eurodiputado.
A Iturgaiz, ya sin cautelas,
le agradecen su labor
y lo mandan con Mayor
a otro escaño de Bruselas.
También se quitan de en medio
a Regina Otaola,
que, como no le dan bola,
se marcha, sin más remedio.
A Nerea Alzola, igual:
como es lista, y es apuesta,
y es valiente, les molesta.
La largan. Elemental.
Es el nuevo PP vasco:
mucha pose, muchas fotos,
mucha risa y pocos votos.
Total, señores, un asco.
Hacían como que no,
y luego como que sí…
Después de hacerse pipí,
también se han hecho popó.
Tremenda la costalada
de este partido sin frenos,
que, tras ser algo, fue a menos
y finalmente no es nada.
Son peperos de Hugo Boss.
Poca chicha, mucha cara
y una sola cosa clara:
que no dimite ni Dios.
Tiene su parte de razón Fray Josepho en sus versos, y es que el PP ha vivido acomplejado por la magnífica estrategia de una izquierda tendente a calificar de fascista todo aquello que se separe de lo calificado por ella misma como políticamente correcto. Las mismas medidas adoptadas por el PSOE resultaban progresistas, mientras que eran exponente de la derecha trasnochada´y cavernícola si resultaban tomadas por el PP. La ciudadanía ha madurado, y sabe qué quiere. Y esa madurez ha llevado a la victoria a los populares en Galicia y les ha costado un solemne batacazo en el país vasco, del que echaron a Mayor Oreja por acertar en sus previsiones, curioso premios de la vida política. Eso sí, difiero algo de la última estrofa: Aquí los de Hugo Boss y Armani, tarjeta Visa platino y automóvil de importación, suelen ser de izquierdas…