Ayrton Senna, el mito inolvidable

Publicado el 16 diciembre 2013 por Albilores @Otracorriente

Ayrton Senna, nacido en Sao Paulo, Brasil, el 21 de marzo de 1960, es considerado probablemente el mejor piloto de Fórmula 1 de todos los tiempos. También fue uno de los más exitosos, ganando el Campeonato Mundial de Pilotos de Fórmula 1 en tres ocasiones: 1988, 1990, y 1991. Logró también dos subcampeonatos, en 1989 y 1993 .

Después de llamar la atención en categorías inferiores, donde demostró que era el mejor, y tras su exitoso paso por la Formula 3, hizo su debut en la Formula 1 en el GRan Premio de Brasil, en Río de Janeiro, con el equipo Toleman, en 1984.

A diferencia de gran parte de los corredores que militan ahora mismo en la Formula 1, que obtienen la oportunidad de la mano de sus patrocinadores por el hecho de abrir los mercados de sus países, a causa de las audiencias televisivas y los ingresos publicitarios, y no por su pericia, Ayrton sí se ganó su derecho a estar en la categoría reina por méritos propios.

Al año siguiente de su debut  fichó por el equipo Lotus-Renault y en la segunda carrera de la temporada, el Gran Premio de Portugal, Senna logró la primera pole position de su carrera de Fórmula 1 y su primera victoria, obtenida en condiciones climáticas muy malas, cruzando la meta con más de un minuto de diferencia sobre el Ferrari de Michele Alboreto y demostrando su pericia.

No obstante no fue hasta 1988 que fichó por el equipo Mc Laren, cuyo líder era Alain Prost -el cual reconoció que se equivocó al no “vetar” la llegada al equipo del brasileño, ya que era el piloto de más talento- cuando se inició la más famosa y más feroz competencia entre dos pilotos que se recuerda en la historia de la Fórmula 1. Senna y Prost protagonizaron una lucha sin tregua por convertirse en el piloto líder de la escudería y llegar a ser el mejor piloto de la competición. Esta competencia entre los dos compañeros de equipo culminó en una serie de espectaculares duelos en pista e incidentes en carrera durante los años que coincidieron sobre los circuitos, también cuando Prost dejó Mc Laren para fichar por Ferrari en 1990.

Después de sus grandes éxitos, el gran piloto brasileño fichó por el equipo Williams en 1994. Pese partir como gran favorito al título, las pruebas de pretemporada mostraron que el nuevo Williams-Renault FW16 tenía velocidad, pero era difícil de conducir y Senna no se encontraba cómodo en el habitáculo. Para solucionar los problemas, los mecánicos decidieron acortar la barra de dirección para darle más espacio al habitáculo y que Senna no manejara con los brazos incómodos.

Patrick Head, sin revisar las acciones que habían hecho los mecánicos (porque confiaba plenamente en ellos), había soldado un pedazo de varilla más corta y de diferente diámetro a la original. Las consecuencias fueron que, durante el GP de San Marino, en Imola, el 1 de mayo de 1994, en su última vuelta cogiendo la curva de Tamburello, a Senna se le rompe la barra de dirección y se queda con el volante en las manos. Logró reducir la velocidad de 314 a 211km/h pero ya era tarde: se le acabó la pista e impactó contra el muro a una velocidad de 211 km/h.

Como resultado, una llanta salió disparada a presión, le golpeó en la cabeza y lo dejó inconsciente. Además, una varilla de la suspensión le atravesó el casco y la visera, ocasionándole fracturas en el cráneo con pérdida de masa encefálica. Tras el accidente, Senna, con serias heridas en el cráneo, yació inconsciente. Poco después, se produjo su muerte. La carrera la ganó Michael Shumacher.

Tras el accidente y la muerte del piloto brasileño hubo una revolución en la Fórmula 1 y se introdujeron numerosas medidas que aumentaron los niveles de seguridad hasta el punto de que actualmente casi no hay accidentes con consecuencias graves en la Formula 1.

Senna no solo fue excepcional como piloto sino también como persona, ya que era famoso en el mundo por estar muy comprometido socialmente ayudando a los niños brasileños a salir de la pobreza. Pero a diferencia de muchos otros divos, que presumen de ayudar a los demás públicamente mediante donaciones a fundaciones de dudosos destinos, Ayrton no sólo ayudó públicamente y económicamente a estos niños sino que después de su muerte se descubrió que había donado en secreto más de 400 millones de $ para la gente más desfavorecida de Brasil.

Este es nuestro homenaje al que probablemente haya sido el mejor piloto de todos los tiempos en las pistas y también una autentico crack fuera de ellas.