Rodeada de policías municipales, aysha arrojó toda su rabia contra la alcaldesa, sin parar de gritarle: “Su intervención en el Pleno, no. Ustedes no habláis. Y me vais a escuchar a mí y al pueblo. Estoy en una pensión, en una habitación con un niño chico. Me habéis denegado la palabra. ¿No te da vergüenza, alcaldesa? Dímelo a mí, dímelo a mí si no te da vergüenza. Contéstame. Me merezco que me contestes. Tengo derecho, su deber es hablarme. Ni hablas ni contestas, me tenéis mala de los nervios. Mi niño con depresión con tres años.¿No os da pena?
Los policías lograron llevársela a la fuerza mientras ella no dejaba de gritar: Contéstame. Yo me acerco a usted y la miro a la cara. Que me mires, que me mires a la cara. Que me mires por favor. Que me mires. A la cara me vais a mirar y me lo vais a decir. Sinvergüenza. Sinvergüenza. Ustedes no habláis”….