La primera vez que vi a Alessandra fue toda una iluminación. Eso ocurrió durante unasjornadas de manga y anime en Getafe, cuando yo empezaba en este mundillo y hacía cosas freaks como ir de jornada a evento (aunque tuviera que viajar en un vagón estrecho y viejo de tren)
Me acuerdo que ella estaba en la mesa durante un debate sobre frikismo, ahora no me acuerdo. Quedé totalmente fascinado. Era la encargada de traducir la serie Marmalade Boy (La familia crece) y con todo el glamour, supe que yo debería terminar, sea como fuere, en Japón trabajando de ello.
Ya en un verano en Japón la ayudé con uno de los tours para españoles en Japon que organiza (¡lleva más de cuarenta a sus espaldas!) por lo que ya es toda una profesional del sector. Ahora que está de moda pillar a un famoso bloguer que lleve gente por tierras del sol naciente, gente como Alessandra y su chibitour te llena de esperanza el corazón.
¡Y es buena gente! Quiero decir, no solamente es profesional, domina el japonés, y para ella no hay secreto en Japón. Me refiero a que es buena persona, deja de lado lo que uno pueda parecer exteriormente (agradecido por ello en los tiempos que corren) para acercarse a la gente.
El lunes pasado, acompañé al grupo de esta primavera al Museo Ghibli de Mitaka. Sí, cuatro años en Japón y era la primera vez. Y totalmente satisfecho.
De visita obligada sí o sí para todo el fan de este estudio de animación, y para todo otaku en general, es algo curioso.
No muy lejos de Kichijoji y Mitaka, el recinto está rodeado de vejetación. El estilo arquitectónico es Ghibili 100%, recordándome cierto estilo modernista catalán como Gaudí. Dentro hay una sala que pasan cortos de animación (los van cambiando de vez en cuando) y a lo largo de sus salas puedes ver como se hacían todos los procesos para animar (bocetos, documentación, rodaje,...) además de una exposición temporal. Como no, al final, una tienda con sus productos.
También se puede subir al jardín que hay en la azotea, con el famoso robot con el que todo el mundo puede hacerse una foto.
Junto a bares temáticos freaks, las mandarakes y akihabara en general, el museo ghibli debería estar en la lista de lugares a visitar por todo otaku.