Ni soledad buscada, ni espíritu ni reflexiones desde la tranquilidad sirve para mitigar mi indignación, rabia e impotencia que me genera Isabel Diaz Ayuso.
Esta mujer a pesar de todos sus votos en la Comunidad de Madrid es el espíritu de la contradicción y por supuesto que solamente piensa en ella y en su carrera política.
Presentar cara con un negacionismo exacerbado contra todo aquello que el Gobierno promueva no tiene ningún sentido.
Hoy contra las medidas de ahorro energético que desde el Gobierno se propone.
Le preocupa a la señora Ayuso que los turistas no puedan disfrutar de las luces de anuncios en la Gran Vía a la que nos la presentan a los madrileños como una vía totalmente apagada a partir de las 10 de la noche, pero no le preocupa a esa misma administración que en la Cañada Real malvivan sin luz desde hace más de dos años sin luz. Pero claro es que la Cañada Real no es turístico...
Y nuevamente pretende llevarlo al Constitucional.
Eso si esta administración pidió al Gobierno un protocolo de actuación ante un hipotético apagón en Madrid.
Señora Ayuso, preocúpese de los madrileños, que por cierto los pequeños comerciantes de Madrid antes de que el Gobierno anunciara medidas de ahorro energético ya las esta aplicando, pero claro eso no lo ve porque usted solo se codea con los grandes. Preocúpese de los trabajadores madrileños que en la subida del paro de Julio, Madrid es la Comunidad que más paro a generado, siendo la Comunidad que mas dinero ha recibido de la UE.
Eso si, Ayuso nos dice a todos los madrileños que hagamos acopio de velas, que Madrid es España y todo por la Libertad...
Será curioso saber que dice Feijoo cuando todos sus presidentes de Comunidad cumplan con lo anunciado por el Gobierno excepto uste. Podría ser que diga: "La señora Ayuso es una gran mujer que mira por el bienestar de los madrileños y así lo han manifestado los madrileños otorgándole su confianza y que actúa según crea ella que debe de actuar para la mejora de Madrid, bla, bla, bla..."
Lo dicho, voy a ver si escribo algo que me de paz al espíritu y soy capaz de olvido de este esperpento de mujer.