No quiero ni pensar lo que me espera el resto de la semana.
Me levanto pronto, me voy al trabajo. Cojo el coche y me meto en la M30 pensando en que llegaré a casa y no tengo ganas de nada más que meterme directamente en la cama. Dormir......mmmmmm, qué gustito.Pero la realidad es otra muy distinta y no tiene intención de dejar que descanse, por lo que rápidamente entro en el coche y me pongo Máxima Fm a todo trapo. Si con eso no despiertas (tú o tu dolor de cabeza) es que estás muerto.Llego a casa, meto la llave en la cerradura, y al tiempo que la llave gira se oye una algarabía de pies descalzos corriendo por el pasillo y diciendo "¡¡mami, mamita, has venido!!" mientras se me tiran encima y me plantan millones de besos.....Pues sí, reconozco que es una estampa que no por cotidiana pierde ni una pizca de encanto. Cada día me sorprenden con el mismo recibimiento. Y digo me sorprenden, sí, porque siempre me gusta.(y porque siempre pienso "hoy ya no lo harán")Peeeero, efectivamente, hay un pero.Eso es del minuto 0 al 0.5 desde mi llegada. Porque casi inmediatamente empiezo a oír:- ¿Puedo jugar al ordenador?- Manu me ha pegado- No me deja los cliks- Quiero una galleta, quiero una galleta, quiero una galleta...- Quiero el chupete, quiero el chupete, quiero el chupete- el ordenador....¿Puedo jugar al ordenador?Y ....siempre lo mismo "hola chicos, ¿qué tal vuestro día? El mío regulín/bien/mal"Y los llantos. Lágrimas de cocodrilo que caen unidas a sus chillidos y protestas. Porque gritan. Aunque estemos intentando corregir eso y hacernos un poco naranjas....Gritan mucho, y los gritos y lloros de 3 a la vez crispan los nervios. Sobre todo si llegas cansada. Y entonces los dejo un poco, les doy una galleta, intentamos hablar....Falta más de una hora para cenar, así que si ya están bañados y no hay nada más que hacer, toca charlar. "¿Charlamos, mamá?" y eso significa que nos vamos a mi cama. Y en ese momento en el que me piden "charlar"......me recuesto en la cama y me doy cuenta del agotamiento que llevo encima.....y empiezan a pelearse por ser el primero en contarme qué ha hecho, qué quiere, si les dejo ver dibujos, qué han comido, que mejor me pido al lado de mamá, que si es injusto, que ......Evidentemente, esto no era así antes de tener hijos, pero tampoco creas que me acuerdo muy bien de cómo era.....empiezo a pensar que ese "antes de" es una leyenda urbana.Porque yo ya no estoy cansada o agotada. SOY cansada.SOY agotada.Así que, mi pobre Príncipe Azul, otra vez te tocará ponerte la máscara protectora antipuñetazos de muchas noches cuando vengas a intentar levatarme del sofá y que me vaya a la cama.....