Hay días que me siento muy mayor, vieja. No sólo esas arruguillas que me han salido alrededor de los ojos (dicen que de sonreir....en fin....yo creo que es más bien de esas ocasiones en las que los pones pequeñitos y acusadores y dices "¿¡quién ha sido!?"). No es tampoco la falta de tersura de mis piernas (ya estaba antes, maldita piel de naranja) ni la pérdida de brillo de mi pelo (además en esto colabora ese momento otoño-perenne-caída que me persigue todo el año). No. Es más bien esa sensación que tengo a veces de "ya no debo hacer esto, no me pega, soy una madre".
Siempre he sido muy madura y responsable, eso es cierto (ya os he contado que me dicen que nací mayor) pero con todo, he sabido pasármelo pipa. Me gustaba salir, tomarme mis copitas (varias, sí, quizá esto me pasa porque ya me he tomado todas las que me tocaban en esta vida, cosa muy posible), el bailoteo, el cachondeo....Pero ahora, la verdad, es que no lo practico mucho. No tengo tiempo ni fuerzas. Me limito a las BBC, es decir bodas, bautizos y comuniones. Sobre todo bodas, ahí, vuelvo a mis orígenes. Lo doy todo. (el sábado, en una boda, comentábamos que si fuésemos a una disco sabríamos bailar....pues no, es mucho más divertido bailar descoordinada)
Pero como, por suerte para mi bolsillo, no tengo bodas muy a menudo, esos momentos de asueto, ridículo y recuperación son escasos.Otro momento "soy vieja" es ese en el que te das cuenta de que las otras madres de la clase de tu hija pequeña son más jóvenes que tú. Y te imaginas que cuando hablan de ti dicen "¿sabes la mamá de la niña? Sí, mujer, esa chica que es mayor". Malas. Brujas. Reconozco que yo he hecho lo mismo.Y lo peor, tus hijos te miran con cara de vayamarciana cuando les hablas de tu infancia, o no algo no tan lejano. Ayer mismo, mi hijo me decía que cuando no teníamos móviles, qué hacíamos. Y le expliqué que íbamos a una cabina (¿¿qué es eso??) y con 25 pesetas (¿qué son pesetas?) llamábamos a casa.
Eso me hizo sentir muuuuy vieja, en plan "Sicilia, 1945" de las Chicas de oro. Hundida en la miseria, me dejó el pobre.
Al igual que otros detalles como:
- "Antes rebobinábamos los cassettes con los bolis" pero no me preguntó qué era rebobinar si no "¿casse-qué?"- "¿Mamá, cuando eras pequeña era la antigüedad?"
- "Yago, no molestes a mamá, que tiene que descansar que es viejita"
- "Mamá, esta cámara está rota. No se ve la foto por detrás." Es de carrete, hijo....
Porque lo que pesan no son los años, son los hijos.....