Aznar: el amigo extravagante del PP

Publicado el 19 abril 2011 por Abel Ros

Las declaraciones del señor Aznar en Nueva York y Estepona han caído como un jarro de agua fría a sus “amigos extravagantes del partido popular”.
A pocas semanas de las elecciones regionales y municipales,  las afirmaciones del ex presidente han abierto la herida que tanto dolió a la “derecha” allá por el año 2004, cuando la foto de las Azores inmortalizó los “oídos sordos” de un gobernante ante los gritos de paz de su pueblo y privado del beneplácito del plebiscito de la “vox pópuli”.

Siete años después, aquél que defendió a capa y espada la invasión bélica de Irak, con argumentos sin base empírica y con la posición en contra de la comunidad internacional, acusa al gobierno actual de demagógico,  por proteger a la población civil  libia, donde hoy han fallecido al menos veinte niños en Misrata por las tropas de Gadafi.

El silencio de Rajoy ante las disidias de su mentor,  ponen en evidencia la estrategia de la derecha de “mantenerse al margen” ante la crudeza de las palabras.
La equiparación falaz de Irak con Libia reabre las heridas aflora al consciente colectivo las secuelas de dolor sembradas por aquella “guerra” cuya intervención no consistió en proteger a la población civil,  sino intereses oscuros orquestados por ideologías neoliberales.

El mercado armamentístico internacional se rige por la oferta y la demanda y no, por criterios de amistad. ¿Se puede culpabilizar a las empresas de automóviles por las muertes de accidentes de tráfico? según el criterio y la argumentación de Aznar, sí. Según su razonamiento, las empresas han vendido aquellos coches que han sido causa del accidente. ¿se puede culpabilizar a las empresas que venden tabaco de las muertes por cáncer? según el señor Aznar, sí.

La venta de un producto no responsabiliza a la empresa del uso que su comprador o consumidor haga del mismo. El uso irresponsable del mismo y los daños causados a terceros son susceptibles de responsabilidad civil.
La intervención de España en Libia es una misión de  protección a una sociedad civil que está sufriendo los ataques indiscrimados de su tirano. El uso irresponsable de las armas,  realizado por Gadafi,  es precisamente por lo que lo convierten en el “enemigo actual y extravangante de occidente”. La muerte de niños en Libia está por encima de los argumentos demagógicos de aquel que en su día, apoyó un conflicto de “dudosa” legitimidad.