Azores: los viñedos de la isla de pico

Por Merche_62

Alojados en el Convento de Sao Pedro, desayunamos de buena mañana en el buffet del refectorio. El pan era el típico que venden en las "paderías", el bolo, donde muchos lugareños los compran en grandes cantidades y que llevan para sus casas o a las oficinas donde trabajan.


A las 1030 horas vino el taxista que habíamos contratado para ir a ver los viñedos (el autobús pasaba sólo una vez al día muy temprano) y para visitar los pueblos de Cachorro y Lajido. Conduciendo por la carretera principal  se podía ver el volcán de Pico.


Esta montaña de 2351 metros de altura, es el pico más alto de Portugal. Fue un volcán que erupcionó por toda la isla, por este motivo le llaman la Isla Negra. Tan pronto veías la montaña despejada como cubierta por la niebla.


Lo sorprendente era que desde cualquier punto de la isla se podía apreciar. Incluso desde las islas de Faial o Sao Jorge se podía ver mejor. Suelen organizar trekkings para la subida al volcán, pero sólo para excursionistas experimentados. Incluso hacen salidas para avistar cetáceos.


Nosotros optamos por pasear de buena mañana por los alrededores de Sao Roque do Pico avistando en todo momento el volcán, pues no solemos alquilar coche cuando viajamos, además de ser bastante caro el transporte privado en las islas.



El taxista nos dejó junto a los viñedos, Patrimonio de la Humanidad desde el 2004. Nos encontrábamos a unos 20km de donde estábamos alojados. El paisaje era de una belleza enigmática y espectacular.



Los muros de piedra que rodeaban la zona formaban pequeñas parcelas, Tuvieron su origen en el siglo XV y se habían creado desde la costa hacia el interior a lo largo de una extensión de 897 hectáreas. Contrastaba el negro del suelo volcánico con el verde de las hojas de parra y los muros que los protegían del viento y el agua del mar.


Fuimos caminando hasta el poblado de Lajido, un poco fantasmagórico al ver que todas sus casas son de lava negra exceptuando sus ventanas y puertas pintadas de colores. El suelo también era negro y cada casa también tenía su pequeño viñedo. De hecho, hay 240 viticultores en Pico y más de 30 km de cultivo del vino en la isla.

Pero justo al lado se encontraban las "releihras", unas formaciones rocosas planas que daban al mar y por donde pudimos caminar observando el paisaje excepcional que teníamos a nuestros pies. Al fondo había un acantilado donde las olas golpeaban fuertemente contra las rocas.



En general toda la isla se encuentra bajo la lava pero en Lajido está completamente cubierto. También se le da el nombre de Misteiros, por los campos de lava que se esparcieron debido a cuatro erupciones volcánicas, dejando que se formaran cuevas como las del Centro Gruta de las Torres que permiten visitarla entregándote una linterna ya que no hay luz artificial.  


Caminamos hasta Cachorro a través de un sendero de viñedos tocando al mar. Aquí se podía apreciar también la diversidad de plantas, algunas de ellas autóctonas, que florecían de la tierra volcánica. Llegamos a Cachorro y las casas se asomaban a la costa. Se habían construido unas pasarelas de cemento entre las rocas para pasear formando un jardín de basalto junto al mar.

Visitamos antes la Casa de los Volcanes, un centro de información de la zona de la Isla de Pico.


Había unas ilustraciones donde explicaba la obra de Julio Verne “Viaje al centro de la Tierra” y las aventuras de dos vulcanólogos cruzando bajo tierra a través de cuevas desde un volcán de Islandia hasta la Isla de Strómboli en Sicilia.