El azúcar invertido es la combinación de glucosa y fructosa. Se utiliza para sustituir parte del azúcar que necesitamos en determinadas recetas. Tiene mayor poder endulzante que el azúcar común, un 30% más. Se trata de un jarabe espeso de color ámbar claro, suave sabor afrutado y de disolución instantánea. No se sustituye todo el azúcar de una receta por azúcar invertido, solo una parte.
Acelera la fermentación de las masas que lleven levadura, aumenta el sabor dulce, da color más rapidamente que el azucar común, sirve también para dar brillo elaboraciones dulces como la bollería. Podremos sustituir en bizcochos y magdalenas de un 10% a un 20% del azúcar que la receta lleve por él y en bollería por entre 50% y un 70%.
También evita la recristalización, esto es lo que nos viene fenomenal a la hora de elaborar helados caseros, lo cual hará que la mezcla de helado sea maleable y cremosa con una textura muy suave. En los helados podremos sustituir un 25% del azúcar que nuestra receta indique por él.
Yo os doy la receta porque es sencillísima de preparar pero para quien no quiera complicarse o meterse en la cocina también se vende en tiendas especializadas de cocina pero vamos a tardar tan poco tiempo en elaborarla y, además sale una cantidad considerable, que os invito a que invirtáis vuestro tiempo en prepararla.
- 150 ml agua
- 350 grms azúcar
- 1 sobre de ácido tartárico y málico (sobre blanco).
- 1 sobre menos un poquito de bicarbonato sódico (sobre morado).
Preparación:
Mezclaremos el ácido tartárico y málico (sobre blanco) con el azúcar. Añadiremos el agua, mezclaremos y pondremos a hervir. Una vez que comience a hervir retiraremos del fuego. Enfriaremos hasta aproximadamente los 50º (como lo normal es no tener un termómetro de cocina, hasta que este templado-caliente) yo lo cambié de recipiente y lo dejé 10 minutos a temperatura ambiente. Añadiremos el bicarbonato sódico (sobre morado) mezclándolo para que de esta forma el azúcar invertido tenga un ph equilibrado. La mezcla se volverá blanquecina y un tanto espumosa, a medida que vaya enfriando perderá este color y la espuma. Una vez frío tendrá un color transparente y con un cierto toque beige.
Conservaremos nuestro azúcar invertido en la despensa en un bote con cierre hermético ¡no lo metáis en la nevera! Tendrá una caducidad de 12 meses.
Vamos a hacer unos helados estupendos este verano, ya tengamos heladera o no. Damos el pistoletazo de salida a refrescarnos partiendo de esta receta básica veraniega.