Prestándoles mucha atención, estas azucenas llegan a florecer tres veces al año: en diciembre-enero, en mayo y en agosto. El mejor sitio para que florezcan sus bulbos es en un rincón semisombrío con aire muy húmedo, en tierra humosa y muy permeable.
La Eucharis, planta amarilidácea (familia de plantas angiospermas monocotiledóneas, generalmente bulbosas, de hojas lineales) florece ya en muchas ventaneras; de las diez especies que se conocen, la más frecuente en el mercado es la Eucharis grandiflora, que se conoce con su antiguo nombre de E. amazónica.
Tiene unas cuatro o cinco hojas de 30 cm de longitud y unos 10 de anchura, de un color verde vivo. Sus flores son de color blanco.
Para desarrollarse bien, a la Eucharis le gusta la semisombra, el aire húmedo y el calor. La temperatura no debería descender nunca de los 15º. Después que ha florecido, de marzo a agosto, se colocan los pardos bulbos a unos cinco centímetros de profundidad en tierra humosa, algo arenosa, y se riega un poco.
Se la reproduce mediante los abundantes bulbos que produce.