Bábovka de manzana con salsa de canela. {Receta checa}

Por Ana @cookthecakes

Otro mes más con las maletas en danza, esta vez hemos metido ropa de abrigo por la cuenta que nos tiene, ya que el destino que visitamos en esta ocasión es frío, y más en esta época del año. Este mes de noviembre aterrizamos en Praga, capital de la República Checa, país centroeuropeo que limita con Alemania, Austria, Eslovaquia y Polonia.
Tengo la suerte de haber visitado Praga anteriormente, una ciudad preciosa en la que estuve ya hace unos cuantos diciembres. En esta  época del año el tráfico turístico en estas ciudades del centro de Europa es aún mayor si cabe, y se convierten en destinos ideales para viajar en el puente de la Inmaculada por ejemplo, y así anticipar las compras navideñas.

Concretamente Praga se llena de mercados de Navidad que se instalan en diferentes puntos de la ciudad. Yo estaba alojada en el Hotel Intercontinental  que se encuentra ubicado en la calle Parízská, que viene a ser como la calle José Ortega y Gasset en Madrid. Para los que no la conozcáis deciros que es una de las calles comerciales más importantes y lujosas de la milla de oro madrileña.
Desde el hotel y a escasos 10 minutos andando llegamos a la Plaza de la Ciudad Vieja, que para mi es el lugar con más encanto de la ciudad, junto con el Puente de Carlos. Aquí se encuentran la Iglesia de San Nicolás, el Reloj Astrológico, la Iglesia de Týn y el Ayuntamiento Viejo, unos magníficos edificios aglutinados todos en la misma plaza.

En esta plaza, y volviendo a lo que os comentaba al principio de esta entrada, se instala uno de los mercadillos navideños más importes de Praga. La plaza se llena de puestos en los que se venden adornos navideños, comida, bebida y artesanía típicamente checa. La plaza iluminada con las bombillas y presidida por un gigantesco árbol de Navidad, hace presagiar la manera que tienen los checos de celebrar las navidades. Aprovechando que estamos en pleno centro de Praga, os recomiendo algunas de las compras que podéis hacer y algunos de los típicos recuerdos que yo compré.
En Praga el teatro de marionetas tiene una gran tradición histórica en el entretenimiento del pueblo y por este motivo, se pueden encontrar muchas tiendas dedicadas a la elaboración de marionetas (de madera o de escayola). Yo compré un Pinocho de escayola que todavía tienen las niñas en su habitación.

También os encontraréis con tiendas en las que sólo venden matrioskas, que son esas muñecas de madera originarias de Rusia que se meten unas dentro de las otras. Preparaos porque os vais a volver locos con la infinidad de modelos que hay, a cual más bonito y que hacen dificilísima su elección.
Tampoco podéis olvidaros del precioso cristal de bohemia, famoso mundialmente por su pureza y del granate, una piedra preciosa de color rojo oscuro de la que sólo existen yacimientos en la República Checa.

Ya me empieza a pasar como en otras ocasiones, que me emociono y empiezo a escribir acerca del destino, y se me olvida hablar de repostería que es el tema que nos ocupa, así que voy a echar el freno.
Aprovechando esta época del año os animo a probar los bollos trenzados o vánocka, los famosos pasteles enrollados en un pincho de madera y asados, skalický trdelnik que se pueden encontrar en los mercadillos de Navidad o durante todo el año en Praga. Otros dulce típico de los mercadillos es el frgál, una especie de pizza dulce. Y si el frío aprieta no dudéis en probar el vino caliente, que le quita el frío a cualquiera y que es típico de muchos países centroeuropeos.

El indiánek es un pastel con una base de galleta, una crema espumosa y cubierto de chocolate, el venecek es una especie de rosquilla cortada en dos, recubierta de glaseado y rellena de crema. También hay un bollo que es semejante al donuts pero sin agujero y relleno de crema o mermelada y se llama kobliha.

Yo finalmente, y después de mucho investigar me he decidido por un bábovka preparado con manzanas con aromas navideños a canela y jengibre, de esos que hace que cuando lo horneas, la cocina se inunde de un aroma delicioso. Este bizcocho tiene forma de montaña y se prepara en un molde especial (como los de los bundt cakes).

Ingredientes

Para el bizcocho
  • 285 gr. de harina
  • ¾ cucharadita de bicarbonato
  • 1 pizca de sal
  • 1 cucharadita de jengibre
  • 1 cucharadita de canela
  • 155 gr. de azúcar moreno 
  • 90 gr. de azucar glacé 
  • 3 huevos
  • 225 ml. de aceite de girasol
  • 60 gr. de sour cream o yogur griego sin edulcorar
  • 2 manzanas peladas cortadas en cubitos
  • 1 cucharadita de canela

Para la salsa de canela
  • 1 cucharada de canela en polvo
  • 6 cucharadas de azúcar glacé
  • 1 cucharada de leche

Elaboración
Precalentamos el horno a 170º C. Engrasamos un molde de bundt cake con mantequilla derretida, yo he utilizado el molde Crown, que estreno hoy para la ocasión.
En un recipiente tamizamos la harina, el bicarbonato, la sal, el jengibre y la canela. Reservamos.
Ponemos los huevos y el azúcar en el vaso de la batidora de pie y comenzamos a batir hasta que la mezcla blanquee y aumente de volumen. Añadimos el aceite y la crema agria y mezclamos.
Agregamos los ingredientes secos y mezclamos bien con ayuda de una espátula.
Cortamos las manzanas en cubitos y las ponemos en un plato. Espolvoreamos una cucharadita de canela por encima y mezclamos bien con una cuchara. Cocinamos las manzanas en el microondas a máxima potencia durante 5 minutos (quedarán blanditas).
Vertemos un tercio de la mezcla en el molde y añadimos la mitad de la manzana. Cubrimos con un poco más de masa y repetimos la operación anterior, añadiendo la manzana restante. Cubrimos con el resto de masa y horneamos 50 minutos o hasta que introduciendo un palito en el centro del bizcocho, éste salga limpio.
Dejamos enfriar 10 minutos en el molde y después desmoldamos sobre una rejilla. Dejamos que el bizcocho se enfríe por completo a temperatura ambiente.
Para preparar la salsa de canela, mezclamos la canela con el azúcar glacé y la cucharada de leche. Revolvemos bien hasta que el azúcar esté bien integrada y no haya grumos.
Glaseamos el bundt con la salsa de canela antes de servirlo.

Este bizcocho nos viene que ni pintado, porque tal y como os adelantaba ayer, hoy es el National Bundt Cake Day. Así que matamos dos pájaros de un tiro, y aparte de celebrar este día por todo lo alto, también aprovecho para presentaros mi receta para el reto #reposterasporeuropa.

Si os fijáis un poco, veréis el relleno de manzana. Un delicioso relleno que no sólo da jugosidad a la miga, sino que también aporta suavidad y un riquísimo sabor a este bizcocho. Y es que a mi, particularmente los postres con manzana, me encantan. Las manzanas son muy versátiles y además de poderse encontrar durante todo el año, con ellas se pueden preparar infinidad de recetas.

Deseando ver todas las recetas que habéis descubierto en nuestro viaje a República Checa. Antes de irme, aún me queda recomendaros visitar una ciudad balneario, cercana a Praga, a unos 125 km. La ciudad de Karlovy Vary es una de las ciudades balneario más famosas del mundo que tuvo su mayor esplendor en los siglos XIX y XX. Se visita íntegramente a pie, caminando en torno a un río y se llega al pabellón donde están las fuentes termales, en el que podemos encontrar fuentes con agua a diferentes temperaturas, alguna de ellas llega hasta los 72º C.
La ciudad es preciosa, y bien merece una escapada desde la capital para visitarla. Hacedme caso, no os vais a arrepentir. Nos vemos en diciembre para partir hacia nuestro próximo destino...