Baby Boom, o la triste realidad de muchos partos en España

Por Covadongamora

Viernes pasado, por la noche, en casa. Me avisa una amiga de que se va a estrenar un nuevo programa: Baby Boom. Como describen en la página web de la cadena que lo emite: Una megaproducción de Shine Iberia grabada en la Maternidad del Hospital Gregorio Marañón de Madrid". Un docudrama que nos pretende mostrar la llegada a la vida en un hospital que atiende 7.000 partos al año. Todo a través de cuaranta cámaras.

Inocentemente pienso antes de verlo: "Seguro que sabiendo que se va a emitir en abierto, los periodistas encargados de la elaboración se habrán informado de las recomendaciones oficiales para la atención al parto (lo más lógico cuando realizas un producto periodístico de este tipo, primero informarte como profesional y de ahí buscar las fuentes acordes), y desde ahí habrán elegido un hospital que trabaje desde esa óptica diariamente". Pero no es que después de verlo no sea así, sino que es mucho peor y más horrible de lo que pensaba.

Antes de continuar y de explicar los motivos por los que opino así, va de antemano mi respeto hacia las familias (madres, bebés y padres) que han participado en el programa, mi enhorabuena por sus hij@s y mi felicitación a esas madres que a pesar de todas las trabas y las rutinas invasivas e irrespetuosas realizadas por el personal sanitario, pudieron dar a luz. Este post no tiene nada que objetar sobre vuestra historia, sino sobre la atención al parto que se ha realizado.

Empezamos pues. Una breve descripción de las cosas que más me han llamado la atención y después mi crítica personal.
Nos muestran el nacimiento de Candela, hija de Pedro y Ana. A la llegada al hospital, la madre se apoya en un armario bajo mientras tiene una contracción, una posición elegida libremente por ella y en la que seguramente se sentía más cómoda. Gisela, la matrona que la atiende, le insiste en varias ocasiones para que se tumbe: "Pasa y túmbate", a los pocos minutos le vuelve a insistir: "Túmbate". Una chica joven, por ende, con una formación profesional reciente, ¿no conoce la estrategia de atención al parto normal en el sistema nacional de salud español publicada en 2007 por el Ministerio de Sanidad y Consumo? Explícitamente en este documento se expone: "Facilitar que la gestante pueda deambular y elegir adoptar la posición de acuerdo a sus necesidades y preferencias".
Acto seguido, le solicita a la madre los resultados de una analítica para ponerle la anestesia o analgesia epidural. No hay ninguna pregunta por cómo se encuentra ella, cómo siente al bebé. Sólo la insistente pregunta de dónde está la analítica que finalmente no se encuentra. ¿Cómo va estar madre a poder desconectar el sistema límbico si no la dejan, si sólo le agobian con preguntas y con informaciones? Además, según la estrategia al parto normal, en este centro sanitario, ¿dónde se ha dejado la indicación de no realizar analgesia de rutina y ofrecer a las mujeres la posibilidad de elegir uno o varios métodos, si lo desean? Pues desde mi modo de ver, en ningún sitio. 

Y de remate la pregunta de la matrona Gisela: "¿Te atreves a parirla sin epidural? Como una machota". Por favor, señores profesionales, un poco de respeto con sus palabras en un momento tan delicado y tan crucial para madre e hij@. Que el respeto no es sólo hablar despacio, en tono suave y sin utilizar palabras malsonantes.


Pero hay más: el padre, Pedro no pudo estar en ninguno de los partos anteriores y en éste que es el tercero, podrá hacerlo. ¿Por dónde nos pasamos en su momento la recomendación de "permitir y alentar a todas las mujeres, si lo desean, a que cuenten con personas de apoyo durante todo el proceso de modo ininterrumpido, facilitando que el acompañamiento se inicie desde las etapas más tempranas del mismo"?

Laura, otra de las madres protagonistas de esta primera entrega da a luz a Pablo, un bebé de 4 kg. En un primer momento, informa a la matrona que la atiende, Amor, de que no quiere epidural. La señora Amor, le pregunta asombrada: "¿Pariste ya uno de cuatro?". ¿Dónde vivimos me pregunto yo? En un hospital donde se atienden 7.000 partos al año, ¿no habrán nacido y seguirán naciendo niños de 4 kg? ¿Por qué nuestros miedos como profesionales sanitarios los trasladamos a la paciente que es la protagonista y la que debe decidir sin ningún tipo de coacción?. Como era de esperar, después de las presiones y del miedo generado por las palabras de la profesional sanitario (diciéndole que pueden haber complicaciones, que ella ve al bebé "supergrande", que ella (la madre) ha aumentado mucho con los 20 kg. en el embarazo... y otras lindezas muy "profesionales") Laura accede a la epidural, aunque a los pocos minutos le dice a su marido con un tono (a mi parecer) resignado : "Ves, al final la epidural".

La rotura de bolsa, sin informar explícitamente (al menos en el reportaje no se vio) se salta por todos lados la recomendación del ministerio de "No realizar amniotomía de rutina", porque decirle a la madre: "Te voy a molestar un poquito" no es decirle "Te voy a romper la bolsa por x motivo". Has sido una campeona Laura y muy fuerte para soportar esas faltas de respeto hacia tu persona en ese momento tan especial.

No cabe decir las palabras que salieron de mi boca al escuchar a la matrona Amor decir: "Nosotros tratamos de reconducirla (a la mujer) cuando pierde los papeles". ¿Qué es perder los papeles: gritar, querer moverse, sacar la parte animal e instintiva que nos permite dar a luz? ¿Por qué les da tanto miedo la vida en estado puro? Por favor, por favor, que aquí los protagonistas son madre-bebé y no ustedes.

Y llegamos al último de los partos mostrados, el de Rocío una chica de 20 años. Le atiende Nuria y tan alegremente le dice: "No te lo metas en la cama, que no te va a dejar dormir nada". Señorita, con todos mis respetos: ¿Alguien le ha preguntado? Deje que la madre decida, no quiera controlar más de lo que ya hace, que no son sus competencias. El caso de Rocío daría para mucho, pero una de las cosas que más me llamaron la atención fue la supuesta maniobra de Kristeller que le hicieron durante el expulsivo. Por si alguien no la conoce como explican desde el blog Por un parto respetado, "es una maniobra propia del siglo XIX que consiste en presionar el fondo del útero sincrónicamente con la contracción uterina, con el fin de conseguir la coronación de la cabeza del bebé a la fuerza". Esta maniobra completamente desaconsejadad, entraña numerosos peligrosos como hemorraguas, desprendimiento de placenta, rotura uterina, fractura de la clavícula del feto y/o graves desgarros en el periné de la madre.

La locutora no se queda atrás . Gemma Nierga, que muchos conoceréis por su progama de las tardes en una emisora radiofónica es la encargada de narrar las partes en off. Y sinceramente, el texto narrado es escalofriante: dolor, sufrimiento, miedo que paraliza y la guinda es cuando asevera: "los gritos y el dolor en el parto son de tiempos pasado gracias a la epidural". Pero, ¡¿qué barbaridades tan grandes somos capaces de decir?! Sí, Gemma, seguro que tú solo te has encargado de locutar y que el texto te lo dieron ya hecho, pero chica, como profesional que eres, ¿dónde dejamos nuestra propia información? Con sólo haber dedicado 10 min a leer las recomendaciones del Ministerio de Sanidad hubiese leído: "La analgesia epidural parece ser el método más eficaz para el alivio del dolor durante el parto. Sin embargo, las mujeres que utilizan este método tienen mayor riesgo de tener un parto instrumental y fracaso de la lactancia materna". ¿Por qué no decimos también eso? o ¿es que sólo mostramos una parte de la realidad, la que nos interesa?.

Y a nivel general y coincidente en todos los casos que se presentaron el pasado viernes en Baby Boom, encontramos varios "detalles" que nada tienen que ver con las recomendaciones oficiales:

-Luces: una barbaridad, un entorno hostil para la madre que está alerta y para el bebé que recibe un gran impacto después de estar 9 meses en oscuridad. ¿No hemos leído en la estrategia de atención al parto normal que se deben "potenciar entornos amigables (naturales, arquitectónicos y psicosociales) que ayuden a una actitud y vivencia en las mejores condiciones".?

-Monitorización: prácticamente continua en los 3 casos, ¿no nos acordamos de que el ministerio de sanidad nos invita a realizar una monitorización y control del bienestar fetal adecuado a las recomendaciones de la OMS?.

-Colocación de vías: se nos dice oficialmente "no colocar vía venosa periférica profiláctica de rutina" y apenas la madre entra por la puerta se le coloca.

-Litotomía: todos los partos mostrados han sido con las mujeres acostadas. ¿Dónde nos dejamos a la OMS que nos dice: "decidir libremente qué posición adoptar durante todo el proceso, incluido el expulsivo?".

-Alumbramiento: Se recomienda "no pinzar el cordón con latido como práctica habitual", y ni flores.

-Contacto precoz madre- criatura: los bebés han sido separados para ser al menos pesados y medidos. Supongo que también para otras prácticas habituales. ¿Cuáles son las recomendaciones oficiales? "La criatura recién nacida sana y su madre deben permanecer juntos tras el parto y no separarse en ningún momento si el estado de salud de la madre lo permite. Inmediatamente después del parto, la criatura recién nacida se coloca sobre el abdomen de la madre, se la seca y se cubre con una toalla seca. Así se agarrará al pecho de forma espontánea en la mayoría de los casos, permaneciendo al menos 70 minutos en estrecho contacto piel con piel con su madre. Posponer las prácticas de profilaxis ocular, peso, vitamina K, etc., al finalizar el contacto precoz, intentando realizar todos los procedimientos en presencia de las madres y padres, y tras su consentimiento".


Después de todo esto, me entristece pensar que Baby Boom esté mostrando la realidad de muchos de los partos que se producen cada día en España, que los profesionales sanitarios no estén atendiendo a las pacientes con los protocolos y recomendaciones de organismos oficiales como la OMS y el Ministerio de Sanidad, que estemos valorando tan poco un momento tan especial y único, y algo que en concreto me duele y me da rabia: cómo se sigue dudando de nuestra capacidad para dar vida libremente, de cómo el empoderamiento de la mujer en ese acto sublime es puesto en cuestión y cómo se condiciona a través del miedo y del control a nuestra naturaleza femenina y creadora.
Como dice Michel Odent: "Para cambiar el mundo
es preciso cambiar la forma de nacer".