BabyMurphy nos acompaña, y nada más empezar yo a trabajar, el Chiquinini se ha puesto con unos fiebrones de tres pares, complicándonos toda la lógistica…
Me voy a saltar toda la parte referente a la preocupación que me entra y lo mal que lo pasa él con esa fiebre tan alta, que le hace incluso delirar…
Como decía se complica toda la logística familiar, porque no puede ir al cole y porque ahora son dos niños. Las noches son entreteniditas, y las mañanas son lo más. Que cuando llego a trabajar a las ocho y media ya llevo en realidad dos horas trabajando, dando desayunos, medicinas, cambiando la ropa porque el Chiquinini tenía mucha sed y se ha tirado el vaso de agua encima, preparando la bolsa para la abuela, con biberones y mudas, cargando cochecitos en el coche, descargando, y todo esto con los Chiquininis portándose bien, que cuando no es así…
La verdad es que cuando se está en casa con ellos todo esto se lleva mucho mejor. Primero porque estás con ellos y no te vas preocupada. Y segundo, porque las exigencias del día no son las mismas que trabajando, y si has dormido fatal o estás cansada, te lo puedes tomar de otra manera. Pero bueno, no hay que asustarse por un mal comienzo, ¿no?
Por otro lado el volver al trabajo esta vez está siendo un poquito más fácil par mi que la primera vez. El haber pasado por esto antes ayuda.El saber que todos nos acostumbraremos y tendremos nuevas rutinas, y que seguimos disfrutando de muchas cosas juntos. Saber que con el tiempo todo se suaviza. Por todo esto los sentimientos que tengo ahora son más suaves, menos intensos y dramáticos que cuando me reincorporé al trabajo tras el nacimiento del Chiquinini.