Back in Los días iguales

Publicado el 12 noviembre 2020 por Molinos @molinos1282

Ha ganado Kamala y ha ganado Biden. Leo por ahí en un hilo indignado de alguien que da la turra. Por cierto, el otro día vi Cuento de otoño de Eric Rohmer y no puedo creer que no haya por ahí un artículo, video o tesis doctoral que comente como las heroínas jóvenes y plastísimas de Rohmer son las predecesoras de las turreras en twitter. Son el mismo perfil: cansinas hasta el infinito y encantadísimas de haberse conocido. A lo que iba, que me disperso, leo por ahí que a los dos nuevos cargos de Estados Unidos habría que llamarlos  Kamala y Joe o Harris y Biden. Ni me había parado a pensarlo, ¿qué más da? ¿En serio esto es importante? Sentí tanto alivio cuando por fin se confirmó que habían ganado, que no íbamos a tener que seguir, otros cuatro años, conteniendo la respiración cada mañana al levantarnos, pensando en que nueva estupidez, maldad o crimen iba a realizar Trump que me da igual como les llamen y me juego una mano que a ella, a Kamala se la chufla. A mí me da igual si me llaman Ana, Ribera, Molinos, Riberita o AnaRibera todo seguido como si no supieran darle a la barra espaciadora. 

El triunfo de los demócratas ha sido la única buena noticia en una semana espantosa, una de esas en las que cae un torpedo en la línea de flotación y parece hundir hasta el fondo la zona de impacto y levantar grandes olas que acabarán con cualquier cosa que sobreviva a la explosión.  Yo ya sabía que había peligro de minas, pero pensé que me las saltaría, que llegaría al otro lado del campo quizá con astillas en la cara, con heridas en la rodilla o con alguna amputación. Desde la trinchera he escrito en mi cuaderno renglones apresurados, de letra diminuta y frases entrecortadas para que no se me olvidara nada, para recordar como había llegado allí. Carreras en tinta verde para intentar ordenarme antes de desbordarme, para hacerme un escudo antes del impacto, pero no lo he conseguido. El torpedo llegó, me desbordé y ahora, hoy, después de quince días de dormir hora y media cada noche, he dormido seis horas gracias a una pastilla de esas que te "funde a negro". Después de días de disfrutar de más viajes de los que quisiera en el Dragon KHan de la ansiedad, de haber perdido 4 kilos en una semana y de haber vuelto al 16, hoy me siento como El Nota. Las pastillas han vuelto a mi vida y me lo tomo todo de otra manera, amortiguado, con calma. Me he pasado un mes siendo el Coyote perseguido por el Correcaminos, Hansel y Gretel aterrorizados por la Bruja, los tres cerditos huyendo del Lobo, los adolescentes americanos huyendo de Jason y Blancanieves corriendo por el bosque mientras creía que todos los árboles querían matarla. Y no he corrido lo suficiente o me he cansado antes de tiempo o qué más da. Back to the pills y al 16. 

Mientras tanto el otoño está precioso, ya tengo el pelo blanco por completo, mis amigos han hecho el círculo de seguridad, los audios de wasap son fabulosos para retransmitir crisis de llanto y ansiedad, salgo a pasear por la tarde y a espiar casas que por ahora no puedo comprarme y tengo proyectos. para el futuro y experiencia en esto. Como soy una chica con suerte sé que voy a estar bien. Para estos días iguales no sé si comprarme un albornoz como El Nota y Tony Soprano. ¿Acaso no soy como ellos, una referencia de la depresión?