BadBobs es un restaurante diferente. En Dublín, donde imperan los pubs y la comida típica irlandesa y la música celta, un bar de aspecto diferente nos hizo encontrar el Craic.
Dublín es la capital de Irlanda y a la vez la capital de la música celta en directo en los pubs, y obviamente, aunque BadBobs no es el típico pub irlandés, la música no podía faltar y nada más entrar estábamos oyendo los acordes de Rude del grupo Magic!. Música moderna mezclada con los grandes éxitos, The Police, Bruce Springsteen, Passenger,... todo se mezclaba en los acordes de una simple guitarra acompañada por la voz de su guitarrista.
Hablamos con el staff y nos acomodaron en una mesa cercana a donde estaba tocando el guitarrista y desde donde podíamos apreciar toda la decoración del pub. Vinilos en las paredes, barriles haciendo de mesas,... decoración rústica, con encanto.
BadBobs abrió en el año 2012 en su actual emplazamiento en Temple Bar, muy cerca del Hotel de Bono, y desde su apertura no han hecho más que crecer hasta situarse en el puesto número 12 de 1922 restaurantes en Dublín.
Pero por muy bonito que sea un restaurante por fuera y por dentro, si la comida no es de calidad, no aguanta mucho en el negocio, así que nos pusimos manos a la obra con lo que habíamos ido a hacer, que era cenar.
Primero pedimos la bebida, algo que en Irlanda es imprescindible. Adorando la Guiness como la adoro, y más de barril que sólo la encuentras en Irlanda, me pedí una Kopparberg,jaja. Kopparberg es una sidra sueca que se hace con sabores de frutas, y sólo consigo disfrutar de ella cuando visito las Islas. Obviamente, Charlie pidió una Guinness y Mel me compañó con otra Kopparberg.
Ya habiendo disfrutado del primer trago de nuestras bebidas era el momento de pedir la comida. Charlie decidió pedirse un plato de alitas de pollo, y como un plato mediano era "poco" para el solo, pidió el grande, que traía 20 alitas. Mel y yo fuimos un paso más allá y nos pedimos una hamburguesa cada uno. La mía era con bacon, cebolla caramelizada y un buen filete de pollo en el medio y acompañada de aros de cebolla. Mel pidió su mezcla favorita, pollo y salsa buffalo y de acompañamiento patatas fritas.
Cuando llegó la comida a nuestra mesa, y luego de las fotos pertinentes para el recuerdo, todos dimos el primer bocado a nuestros platos, y la sensación fue increíble. La cebolla se notaba a la perfección junto con el pollo y el bacon. Luego de ese primer bocado vino lo típico en los grupos, el intercambio de comida. Una alita para mi plato, un aro de cebolla a cambio, otra alita, un mordisco de la otra hamburguesa, alguien me robó la mía de mi plato,... ya saben, las típicas cosas que se hacen en una mesa entre amigos.
Luego de disfrutar de nuestra cena simplemente nos quedamos disfrutando de la música un rato más. La velada había sido perfecta, una deliciosa cena, un ambiente increíble y música para amenizarlo todo. La experiencia BadBobs había sido un acierto total.