Poco a poco vamos conociendo más sobre Myanmar a través de los medios de comunicación. Pero a pesar de la reciente apertura, sigue siendo un país desconocido para la mayoría de viajer@s.
Después de mucho estudiar decidimos hacer la siguiente ruta: Yangon, Bagan, Monte Popa, Mandalay, Inle Lake, Yangon. Desde Barcelona hemos contratado una agencia asiática que se ha encargado de todo: vuelos, hoteles, traslados, visitas guiadas y trámites con el visado.
Para nosotros la joya del país ha sido Bagan. Esta ciudad fue sede de varios reinados a lo largo de la historia.
Situada en una meseta esta rodeada de pagodas, templos y estupas. Además cuenta con importantes mercados locales muy interesantes de visitar.
Durante el atardecer es cuando se tienen las vistas más bonitas. En nuestro hotel había una torre donde hay 360º grados de magníficas vistas con estupas rojizas y silencio absoluto.
Por carretera, hicimos la excursión al Monte Popa. Durante el camino se ve como viven los campesinos, las carreteras están llenas de niños jugando y las aldeas siguen sin tener agua corriente y luz.
Este volcán extinto se dice que alberga numerosos Nats ( espíritus ) y los locales los representan con figuras humanas de un gran realismo. A pesar de ser un país de mayoría budista, aún se conserva la creencia en estos espíritus y se les dejan ofrendas cuando se quiere conseguir buena fortuna, salud, buenos resultados en exámenes, etc…
Las mejores vistas del Monte Popa se tienen desde el lujoso hotel que hay delante. Ya que está situado más alto que el propio monte y se pueden conseguir muy buenas fotos.
La espiritualidad que buscamos y no encontramos en la India, la encontramos en Bagan. Quizás es la mezcla de la simpatía de sus gentes, la historia de las piedras, los monasterios llenos de monjes rezando… o simplemente poder respirar por todas partes 100% Asia.