Cada vez que salgas a bailar,
hazlo como si fuera la última vez,
como si nadie estuviera mirando.
Esta fotografía pertenece a la serie “Una imagen, una historia” y la tomé hace unos días en Sevilla, en la plaza de España. Dos chicas se cogieron de la mano y sin mirar atrás comenzaron a bailar en un silencio tan infinito como los adoquines de su tablao. Me sorprendió que no canturrearan pero prometo que su balanceo era rítmico, me lo confirmó el latir de mis pulsaciones.
Añade tú la melodía de fondo. Yo le pondré el quejido de aquella guitarra flamenca que se fundía, en otro espacio, en otro ambiente, con una voz que entonaba un blues.