En este tercer artículo, y probablemente en el resto de artículos, voy a prescindir de la breve introducción, además de estas ppalabras, claro. Sin más preámbulos:
BAILE DE LLAMAS
El calor empezaba a ser insorportable. Un único suspiro de esa endemoniada lagartija gigante había bastado para acabar con casi todo el condenado oxígeno del lugar. La empuñadura de mi espada ardía, el calor era palpable incluso con el guantele enfundado. Mi escudero y mi caballo yacían muertos a pocos metros, ambos víctimas de una de sus llamaradas; a este ritmo, mis esperanzas de vencer no tardarían mucho en unirse a ambos. Ya me había enfrentado a monstruos llegados del Averno en otras ocasiones, pero ninguno de este calibre. El condenado dragón tenía algo que le diferenciaba del resto de criaturas, algo que hacía flaquear mi espíritu y palidecer mi rostro. Su aliento escupía llamas capaces de asar a un buey adulto. Cada una de sus garras podían lacerarme con una simple e involuntaria caricia, pero no era nada de eso lo que me preocupaba. Tampoco el batir de sus alas, el cual evocaba una tormenta, ni las afiladas espadas que componían su dentadura. Eran sus ojos. Esos ojos ámbar, imbuidos de una inteligencia muy superior a la humana, sabía que podía acabar conmigo fácilmente. Le había seguido el rastro durante días, acababa de comerse todo un rebaño, ni siquiera tenía hambre. Tampoco se sentía amenazado, sólo quería divertirse con nosotros. No me quedaba otra, era él, o yo. Esa escoria alada era astuta, ruín, feroz y terriblemente cruel.
Por suerte yo era peor.
TEMPO MUERTO
El terror es algo maravilloso, ¿No crees? Es capaz de hacernos aflorar todo tipo de sentimientos ligados o no, a él. Durante la secuenia en cuestión, hay toda una amplia gama de elementos capaces de aumentar tus emociones. ¿Cómo dices? Ah no, no me dedico al cine ni al espectáculo, la mia es una profesión compleja e incomprendida, pero muuy satisfactoria, al menos para mi.
Algunos incomprendidos nacemos en la orilla de la vida que no nos corresponde. Nos llaman enfermos y psicópatas. Acusan a nuestros corazones de estar vacíos y a nosotros mismos de carecer de sentimientos, algunos asumen que ni tan siquiera somos humanos. ¡Cuán errados están! Nuestros corazones no están vacíos, sólo endurecidos y nosotros, no sólo estamos llenos de sentimientos, sino qu además nos regocijamos con los de otros. El miedo no es un simple estado de ánimo, es un arte que no deja inalterable a nadie. Cualquiera puede asustar, pero el verdadero terror sólo puede llegar de la mano de auténticos artistas. ¿Quieres verlo? Supongo que no tienes muchas opciones. Te enseñaré las cotas de terror que puede soportar el cuerpo humano, no todo se limita a ver a alguien ir hacia ti con un objetivo claro, la pesadumbrez de aire, un tenue jadeo, el brillo en sus ojos cargados de malicia, el sonido de unas pisadas acercándose…Vida, terror y muerte, todo se conecta en una armoniosa sinfonía de sentimientos creando la obra perfecta.
Que empiece el espectáculo.