Bajo la lupa

Publicado el 30 marzo 2015 por María Bertoni

Algunas consideraciones sobre la programación del 17º BAFICI, días después de su presentación.

Cuando el viernes pasado presentó el 17º Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente, el director artístico Marcelo Panozzo hizo dos declaraciones en principio contradictorias pero no del todo excluyentes. Con la primera -“Este BAFICI recupera el pulso de los BAFICIs del comienzo”- reivindicó la misión original de toda muestra que se pretende independiente, es decir, invitar a descubrir obras y realizadores que les escapan a los dictámenes de la producción destinada al consumo masivo, y que por lo tanto son poco conocidos. Con la segunda -“El BAFICI no puede darles la espalda a los estrenos del año”- renovó la decisión de convertir el evento en plataforma de lanzamiento de películas que, sin ser tanques made in Hollywood, acatan reglas estéticas y narrativas del mercado cinematográfico internacional, y que ya tramitaron su desembarco en nuestras salas comerciales.

Para los habitués del festival que critican las ediciones organizadas en tiempos de administración macrista, las declaraciones de Panozzo se reducen a la consigna “Si el BAFICI se convirtió en un evento (cada vez más) mercantilizado, que no se note”. Para aquéllos indiferentes a la relación entre cultura (en este caso cinematográfica), política y mercado, se amplía el espectro de las más de cuatrocientas películas que conforman la programación.

Por lo pronto, en un extremo figuran los “ovnis” que el director artístico mencionó el viernes (por ejemplo Crumbs de Miguel Llansó, “relato de ciencia ficción postapocalíptica etíope con algo de Herzog y de Boorman pero también de Monty Python” según una gacetilla de prensa). En el otro, se encuentran las proyecciones con sabor a estrategia de marketing (por ejemplo, aquélla de Astérix. La residencia de los dioses cuyo pre-estreno en la sección Baficito nos retrotrae a la fenomenal campaña publicitaria que arrancó en Francia en noviembre del año pasado).

Con suerte, recién al término del Festival podremos evaluar cuán contradictorias/excluyentes fueron las declaraciones de Panozzo. En otras palabras, habrá que ver una buena cantidad de films antes de determinar cuánta independencia recuperó o resignó esta 17ª edición. Mientras tanto, cuando faltan poco más de dos semanas para el comienzo de la muestra, Espectadores amplía y comenta -en síntesis, pone bajo la lupa- algunos adelantos de la programación.

Películas de apertura y clausura
Nuestro 17º Festival Internacional de Cine Independiente abrirá con El cielo del centauro de Hugo Santiago, que -según el dossier de prensa- “entrega una maravillosa carta (¿o cartografía?) de amor a Buenos Aires en clave de suntuoso film noir“. Esta ficha técnica indica que el director escribió el guión con Mariano Llinás.

El largometraje de clausura es una ópera prima (de Mariano Nante). La calle de los pianistas se titula este documental sobre -gacetilla dixit- “un mundo de mujeres y pianos conformados por dos casas que coexisten lado a lado en la misma calle de Bruselas”. Al parecer, “la dinastía de pianistas Tiempo y su vecina Marta Argerich protagonizan un retrato que hace foco en Karin Lechner y su hija adolescente Natasha Binder, y el modo en el que el mandato familiar (el de brillar frente al teclado) es tan dulce como ineludible”. La lectura de estas líneas evoca el recuerdo del hermoso documental que Stéphanie Argerich filmó sobre su madre, y que algunos espectadores vimos en el 15º BAFICI.

Competencia internacional
Esta categoría es la que mejor ilustra la primera declaración de Panozzo, es decir, la presunta recuperación de ese viejo pulso baficiano que invita a descubrir directores y obras. En efecto, de las dieciocho películas seleccionadas, serán muy pocas las que evoquen algún recuerdo en la mente de la mayoría de los espectadores.

Quien suscribe cuenta apenas tres: The kindergarten teacher de Nadav Lapid (el director de Policeman), El Incendio de Juan Schnitman (hace tiempo los medios argentinos especializados promocionan este film nacional) y Los exiliados románticos de Jonás Trueba (el hijo de Fernando y sobrino de David).

Competencia nacional
En 2015, de un total de dieciséis largometrajes, trece se presentan en calidad de première mundial y cinco son óperas primas. Las proporciones sugieren que esta categorìa ilustra la segunda declaración sobre las espaldas del BAFICI.

Entre los pre-estrenos, cabe destacar Victoria de Juan Villegas, La princesa de Francia de Matías Piñeiro, Lulú de Luis Ortega, Placer y martirio de José Campusano y la coproducción Mar, dirigida por la chilena Dominga Sotomayor.

Vanguardia y Género
Según la prensa del festival, la categoría VyG “es el espacio de la heterodoxia”. Los films aquí reunidos “parecerían estar limitados a trasnoches o sesiones especiales destinadas a los fieles del cine experimental (pues) desafían las reglas más establecidas del academicismo y se casan con las evoluciones del horror, la comedia o el musical”.

A los legos en la materia nos llaman la atención A girl walks home alone at night, porque la dirigió una cineasta de origen iraní (Ana Lily Amirpour) y la produjo el actor Elijah Wood, la mencionada Crumbs (por tratarse de uno de los ovnis que adelantó Panozzo) y 35 y soltera de la argentina Paula Schargorodsky, porque el dossier de prensa la recomienda “para todo ser humano nacido antes de 1980″.

Baficito
Además del pre-estreno de Astérix. La residencia de los dioses, el director artístico destacó el viernes The tale of the princess Kaguya de Hayao Miyazaki y el estudio Ghibli (los mismos responsables de El mundo secreto de Arrietty). por su parte, los prenseros del festival hacen hincapié en la retrospectiva dedicada a Chuck Jones, realizador de dibujos animados para la Metro Goldwyn Mayer y la Warner Bros.

Panorama
Ésta es una de las secciones favoritas de quien suscribe, porque suele auspiciar el reencuentro con realizadores admirados. En 2015, podremos elegir entre Fatih Akin (que presenta el documental The cut, sobre las secuelas que el genocidio turco dejó en los armenios, en especial en los descendientes radicados en los Estados Unidos), Peter Greenaway (cuyo Eisenstein in Guanajuato recrea los días del cineasta ruso Sergei Eisenstein en México), Hong Sang Soo (cuya Hill of freedom cuenta la historia de un profesor japonés que viaja a Corea en busca de una amada elusiva), Walter Salles (cuya Jia Zhang-ke, um homem de Fenyang gira en torno al cineasta chino mencionado en el título), Joshua Oppenheimer (ya celebramos el anuncio de la proyección de The look of silence).

También habrá oportunidad de reencontrar a Lars von Trier (a partir de su polémica -¿cuándo no?- Nymphomaniac), a Harun Farocki (que mandó Arquitectos trabajando), al observado Jafar Panahi (que envió Taxi), al centenario Manoel De Oliveira (cuyo O velho do restelo recrea la reunión en una plaza de los espectros del poeta Luíz Vaz de Camões, de los novelistas Camilo Castelo Branco y Teixeira de Pascoaes y del Don Quijote de Cervantes).

Panorama también presenta largometrajes que retratan a figuras públicas. Se trata de otro tipo de reencuentro, este año, con Robert Altman (gracias a Altman de Ron Mann), Edward Snowden (gracias a Citizenfour de Laura Poitras), Michel Houellebecq (mediante El secuestro de Michel Houellebecq de Guillaume Nicloux), Rainer Fassbinder (gracias a Fassbinder. To love without demands de Christian Braad Thomsen), Tita Merello (gracias a Merello x Carreras de Victoria Carreras) y Jim Jarmusch (a través de Behind Jim Jarmusch de Léa Rinaldi).

Más tributos
Con retrospectivas, focos o una sola película, el festival también les rinde honores a Isabelle Huppert, a su compatriota Pascale Ferran (realizadora que también viajará a Buenos Aires) y al fallecido Mario Monicelli (estará presente su compañera durante treinta años, la artista plástica Chiara Rapaccini). Fuera del ámbito cinematográfico, también será homenajeado el bajista Jaco Pastorius (su hijo John vendrá a presentar el documental Jaco, que filmaron Paul Marchand y Stephen Kijak).

Asimismo cabe destacar el foco dedicado al cine producido en tiempos de la República de Weimar (la Alemania de 1918 a 1933) y la radiografía fílmica consagrada a Perú.

Otras  propuestas tentadoras
Antes de terminar este extenso post, Espectadores transcribe una lista de otras seis propuestas tentadoras, extraídas de la selección oficial de películas proyectadas fuera de competencia y de la categoría Música. El primer par atrae porque constituye el regreso de dos directores argentinos -Raúl Perrone y Alejandro Agresti-; el tercer film porque es la ¿secuela? de la ocurrente Upa! de Santiago Giralt.

El cuarto es un pre-estreno mundial, proveniente de Chile. El quinto llama la atención porque fue dirigido por Ethan Hawke. El sexto es un corto de uno de los niños mimados del festival, el ya nombrado Lapid.  

Ragazzi de Raúl Perrone;
No somos animales de Alejandro Agresti;
Upa 2. El Regreso de Tamae Garateguy, Santiago Giralt y Camila Toker;
Invierno de Alberto Fuguet;
Seymour, an introduction de Ethan Hawke;
Why? de Nadav Lapid;