Puedo afirmar sin temor a equivocarme que
es la sexta novela del estadounidense Bajo la misma estrella John Green (Indianápolis, 1977), la que le ha catapultado a lo más alto de las listas de ventas y ha lanzado su obra al mercado internacional. Sus libros anteriores, entre los que se encuentra uno escrito junto a David Levithan, ganaron varios premios y el autor cuenta con un buen número de seguidores en su país. Con la buena acogida que ha tenido en España, estoy segura de que la editorial no tardará en rescatar otros títulos suyos para aprovechar el tirón.
Entrando en materia, Bajo la misma estrella forma parte de ese nutrido grupo de libros sobre adolescentes con cáncer, como el best-seller de Nicholas Sparks Un paseo para recordar, también adaptado al cine, o el más reciente Promise. ¿Crees en los milagros?, de Wendy Wunder. Todos nos cuentan la misma historia y corren el peligro de caer en el manido melodrama de sobremesa; no obstante, es ahí donde debe brillar la habilidad del autor para demostrar que no manipula las emociones del lector y aporta aire fresco al tema. ¿Lo consigue John Green? En parte, sí.
En esencia, la historia es lo mismo de siempre: adolescentes enfermos y sus dificultades, una trama previsible con momentos para sonreír y para llorar. ¿Dónde está, pues, el truco de John Green? Tiene varios. El primero, el sentido del humor: la narración es muy amena y está llena de escenas que transmiten buen rollo a pesar de las circunstancias. Parece que este es el rumbo que está tomando la novela sobre enfermedades terminales: hablar del cáncer con humor y sin tapujos, puesto que también es una de las bazas dePromise. ¿Crees en los milagros?, que pasó mucho más desapercibida aunque su protagonista tiene bastante carisma. Se puede decir que se ha progresado con respecto a los libros de Nicholas Sparks, un auténtico especialista en dramones al que se puede aplicar aquello de "leído uno, leídos todos" (una servidora tuvo que leer cuatro para darse cuenta).
En segundo lugar,
Por otro lado, el tema de fondo de este tipo de libros suele ser el carpe diem, pero en esto John Green propone una alternativa: aquello que se deja atrás después de morir. Augustus está obsesionado con el legado, sufre al pensar que solo se recuerda a los héroes y no a los niños que murieron de cáncer, y Hazel se preocupa por sus padres, por el daño que les hará algún día. Se establece un paralelismo entre su angustia y la novela que Hazel lee una y otra vez, Un dolor imperial: la trama relativa a este libro resulta eficaz para reflexionar sobre la pérdida desde diversos puntos de vista y ofrece una visión interesante del escritor como ídolo y el escritor como persona.
Hasta aquí, todo bien: el libro utiliza bien sus armas, no cae en el melodrama facilón y tiene detalles interesantes. Sin embargo, no puedo decir que me haya entusiasmado. Mi principal problema para disfrutarlo se debe al hecho de que
Además, me hace gracia que muchas reseñas califiquen esta novela de "realista". Yo soy una amante del realismo y crecí con lecturas de este género, pero si ahora tuviera que hacer una lista de libros realistas os aseguro que este no sería el primero que se me ocurriría. Sí, es realista en el hecho de tratar una enfermedad terminal, pero también bebe del humor de la comedia romántica y tiene un elemento que se carga todo el realismo que podía tener: el medicamento "milagroso" que toma Hazel, algo que le va de perlas al autor para plasmar lo que quería, pero que real no es. No me parece realista puro; lo considero un libro sentimental sobre un tema difícil que transmite emociones bonitas, un subgrupo que hoy en día tiene su propio género.
En conclusión, Bajo la misma estrella me parece una novela agradable, fresca y con un enfoque diferente a un tema muy manido. No se recrea en el morbo, consigue llegar al lector mediante un acertado equilibrio entre escenas amenas y momentos duros. Está bien dentro de su género, me ha gustado y la recordaré con cariño, pero no me ha cautivado tanto como a otras personas porque no deja de ser una historia que he leído muchas veces y no la considero de diez. La recomiendo a los lectores que busquen una lectura sencilla y con sentimientos.
Nota: las fotografías están sacadas de una página que recopila imágenes inspiradas en el libro.