Nos encontramos ante una novela del género de la romántica histórica pero con una carga muy importante de aventuras, la mayor de todas las novelas de dicho género que he probado hasta la fecha. Por un lado está el misterio que envuelve a Mar, sus escasas posesiones y su familia, y por otro la complicada empresa de Gabriel de liberar a los monjes. Esto hace de ésta una lectura muy entretenida, sin apenas momento de descanso, que podría hacerla recomendable a un mayor público, no sólo el que acostumbra a leer historias románticas.
La novela funciona casi a la perfección. Se nota que la autora es historiadora por lo bien construidos que están los escenarios, las costumbres, los personajes y hasta el mínimo detalle. Incluso consigue meter cierta crítica al papel tan limitado de la mujer en aquella época.Si tuviese que decir qué es lo que más me ha gustado sería la sorpresa constante, el no saber por dónde va a tirar la trama a cada paso. Es fácil imaginar el desenlace en lo que al romance se refiere, pero no todo lo demás que forma la historia. Por el contrario, el punto flojo que le he visto ha sido cómo algunas cosas iban cogidas con pinzas, algunas salidas de atolladeros sin grandes problemas que, aunque tengan su explicación, me dejan un poco escéptica. Además de cierta falta de cohesión interna, de desarrollo más lógico de los acontecimientos.