La primera de ellas se titula La piel del camaleón (2000), y Santos aborda el tema clásico del primer contacto. En esta novela la raza humana tiene que comprender la naturaleza de la única raza inteligente que ha descubierto hasta entonces en el universo. Sin embargo, todos sus esfuerzos se muestran estériles a la hora de saber nada de ellos, a pesar que aparentemente se muestran abiertos y confiados.
En esta novela Santos aborda el problema de la incomunicación entre el ser humano y cualquier otro ser vivo inteligente de raza extraterrestre debido a la visión obtusa y cerrada del hombre, que se limita a dar forma humanoide (tanto en el plano físico como psicológico) al universo. Y aunque el tema ha sido planteado varias veces por los grandes del género (en seguida recuerdo al genial Stanislaw Lem y su Solaris), Domingo Santos consigue una historia amena, ágil, entretenida y con contenido, a la mejor manera del autor.
La soledad de la máquina (2004) trata sobre la humanización de la máquina, buscando aquellas inquietudes más propias de un hombre que de un ordenador. Y es que en ocasiones nos recuerda al Hal de Stanley Kubrick y Arthur C. Clarke. Tenemos una historia que se lee con interés, bien construida y cuyo ritmo no decae en ningún momento.
El primer día de la eternidad (2008), ganador del premio UPC 2009, cierra este recopilatorio del autor con el tema de la nave generacional. Aquí nos encontramos ante una nave espacial que, tras muchas generaciones humanas, alcanza un planeta habitable e inicia el proceso de colonización. Durante toda la historia veremos la evolución de la sociedad humana apoyada por la Nave que actúa prácticamente como su dios benévolo. Una novela muy interesante y que plantea ciertas dudas respecto a la naturaleza humana. ¿Conformistas o aventureros?
Así que no puedo más que recomendar encarecidamente esta novela por su calidad, su buen hacer y sus temas altamente atractivos para el lector de ciencia ficción.