Conozco a gente golosa que cuando van a comer a un Restaurante, se saltarían los aperitivos, el plato principal y el segundo, y directamente elegirían el postre . . . pero guardan la compostura.
Como soy de buen diente, suelo disfrutar de la comida en estos casos, pero si sé que la Carta de Postres merece la pena, dejo hueco para zamparme alguno, aunque sea compartiéndolo; y si lo acompaño de un café, ya entro en la lista de La mujer más feliz del mundo 😜
Con una porción de esta tarta, joyita engalanada de la repostería inglesa, consigo esa felicidad desde el primer bocado. Creéme, es de las recetas gloriosas, de las que además de sencilla, está tan rica que no se cómo no hay un día en el Calendario Internacional para festejarla. Lo digo, porque se celebran cosas bien raritas, como el Día del Orgullo Zombie {el 4 de Febrero} ¿te lo puedes creer?
La Bakewell, resulta una tarta elegante, perfecta para cualquier ocasión y suele gustar a niños y crecidos. Si te invitan a tomar café y te presentas en la puerta con una tarta en las manos igual a esta, ten por seguro que además de subirte a hombros, te van a corear en plan: oehh oehh oehh oehh !!!
Consta de tres partes: la base, la mermelada, y la crema de almendras o frangipane. Lo hice todo casero, por eso es un poco más entretenida, que no difícil. Sabes que mi vena repostera tiene sus limitaciones y me gusta lo rico y resultón, pero sin complicaciones.
Empezamos por la base, que es una masa brisa o quebrada. Quería probar la que vi hace tiempo en el blog de mi querida Marisa { Recetas de andar por casa } con aceite de oliva en vez de mantequilla, y me encantó el resultado, así que esta masa se ha quedado en mi cocina para siempre. Si tienes problemas con las masas, la compras y punto, no te detengas por este detalle.
Después, tenemos que hacer la mermelada, de fresa en este caso, pero cualquier mermelada de frutos rojos como las frambuesas, cerezas o arándanos, quedaría estupenda. El sabor ácido que le aporta, es el contrapunto perfecto del pastel. De hecho, hay una versión mini, con mermelada de cerezas, en la que el frangipane se cubre con una capa de glaseado y media cereza confitada. Te dejo como ejemplo, los que hizo mi amigo Jose {Desserts Abad} que no pudieron quedarle más bonitos y apetecibles. Este verano, en cuanto haga la mermelada de cerezas, me pongo con ellos.
Y por último, la crema de almendras o frangipane, que más sencilla no puede ser. Una vez la pruebes, estoy segura que le buscarás la utilidad a este esponjoso relleno de almendra para emplearlo en otras preparaciones dulces. Es la primera vez que la preparo, y de verdad que ha sido un descubrimiento, porque pensaba que era mucho más complicada y no va más allá de batir unos cuantos ingredientes.
Se cuenta, se dice y se comenta, que la Tarta Bakewell nació gracias al error de un aprendiz que vertió la pasta de almendras sobre la mermelada de fresas, en vez de añadirla a la masa. Y todo esto se sitúa en la posada White Horse Inn, sita en un encantador y típico pueblo inglés, con casas bajas tradicionales, rodeado de bosques y colinas, llamado igual que el pastel, Bakewell. La tarta tuvo tal aceptación, que enseguida se convirtió en el postre más popular del lugar.
Me gustaría creer estas historias, pero son tan similares a otras de errores culinarios, donde no falta el despistado o nervioso aprendiz, superado por las responsabilidades del momento, que me hacen dudar de estos orígenes. Más bien, parecen chismes, cuentos y diretes . . . aunque vete tú a saber.
Lo que tengo claro es que andaba hace tiempo con ganas de hacerla, pero hasta que no la vi en el blog de mi querida Carolina {Tomillo, laurel y otras cosas de comer} no pensé que había llegado el momento. Con lo bien que lo explica ella, tan al detalle, y sabiendo que es un blog de confianza, donde las recetas salen a la primera . . . me envalentoné de verás y el resultado me ha encantado. Pero no las tenía todas conmigo, que Carolina en temas reposteriles es una maestra.
En casa, están deseando que repita.
Base: 200 grs Harina de trigo50 grs Aceite de Oliva65 grs AguaUn pellizco de Azúcar de Abedul
Relleno: 80 grs Mantequilla textura pomada80 grs Azúcar de Abedul80 grs Almendras molidas 2 Huevos 20 grs MaizenaUna pizca Sal Marina
Además: 5 Cdas colmadas Mermelada Fresas90 grs Almendras laminadas1 Clara de huevo
No te asustes con tanto paso, es detallado, pero muy fácil.
Preparamos la base:
- En un cuenco mezclamos la harina con el aceite y la pizca de azúcar de abedul, hasta que veamos que parece arena mojada.
- Agregamos poco a poco el agua.
- La introducimos en una bolsa de plástico o envolvemos en papel film y dejamos en el frigo por media hora.
- Pasado el tiempo, la dejamos sobre la encimera para darle forma.
- Cubrimos con ella el molde que vayamos a utilizar. Como el mío era de paredes altas, forré la base con papel de horno, y corté los bordes, dejando dos centímetros de altura. Me ayudé con un corta pizzas.
- Puse sobre ella, un papel de horno y encima, otro molde más pequeño para que hiciese peso. Lo normal es utilizar unos garbanzos, pero no tenía en ese momento. Esto se llama hornear en blanco.
- Sacamos, quitamos el molde que presionaba y el papel de horno.
- Pintamos la base con clara de huevo y horneamos de nuevo otros diez minutos. Así se crea una película gracias a la albúmina del huevo, que evita que se humedezca la base al hornearla.
- Dejamos enfriar antes de rellenarla. Ya estará dura, y se puede manipular facilmente, incluso sacarla del molde como yo hice para que enfriase antes sobre la rejilla.
- En un cuenco batimos la mantequilla junto con el azúcar de abedul.
- Cuendo esté hecha una papilla, añadimos el primer huevo, y batimos el conjunto.
- Añadimos la maizena y mezclamos.
- Por último, añadimos la almendra molida.
- La llevamos al frigo, mientras se enfría la base de la tarta.
- Extendemos también el frangipane. Este paso es mejor hacerlo con una manga pastelera, pero se me habían terminado, de todas formas se reparte bien facilmente.
- Terminamos con la almendra laminada por toda la superficie.
- Desmoldar una vez fría.
Es mejor esperar hasta el día siguiente para comerla. Los sabores se acentúan sobremanera, sobre todo el frangipane. Para eso tendrás que guardarla bajo siete llaves y no desvelar la situación del escondite a nadie. . . . si puedes resistirte !!!
¿Te pongo un trozo?
Eso es todo por hoy, nos vemos en unos días.Hasta entonces, se feliz.