Hoy retomo la cocina turca y más concretamente de la mano de uno de sus postres más famosos como es el baklava, aunque en esta ocasión, elaborado de una manera nada ortodoxa. En su día ya preparé una variante de este exquisito manjar turco, al que le añadí turrón blando de almendras (baklava de Jijona) y del que quedamos prendados en casa, por cierto, que no lo he vuelto a hacer, como suele ser habitual desde que me hice bloguero, y es lo que tiene y en eso estaréis conmigo, en lo que nos gusta a los que estamos en estos menesteres, ir descubriendo recetas nuevas o reformando otras tantas, hasta el punto, que a veces no volvemos a repetir el mismo plato por mucho que nos haya gustado.Tengo que decir, y ésto me lo suelen echar en cara en más de una ocasión, que existe alguna necesidad superior dentro de mí, que me impide hacer dos veces el mismo plato. Así que con esta receta me desquito en parte porque aunque son batlavas, no lo son en su versión mas tradicional, pero tampoco creo que le pongan reparo alguno llevando en su composición ingredientes tan deliciosos como el chocolate, la nutella o unas deliciosas almendras dispuestas en capas de pasta filo irresistiblementes crujientes. Estoy completamente seguro que los lectores más chocolateros, estarán encantados con este batlava.
La elaboración de la pasta filo tradicional es muy difícil de hacer. Los turcos dicen que lleva cuarenta masas, y es verdad, ellos los hacen todo a mano, hacen la masa y la estiran hasta que casi ves a través de ella, es muy quebradiza y muy difícil de elaborar sin tener práctica alguna, allí prácticamente todas las familias los hacen para la "fiesta del dulce” y a cada casa que visitas, te ofrecen su baklava casero.
Yo no he querido entrar en menesteres laboriosos de los que estaba convencido iba a ser tanto una pérdida de tiempo como de alcanzar un cabreo mayúsculo y he optado por la vía fácil de comprar la masa filo ya elaborada que tan buen resultado da al hornearla. Es gratificante ver en los comercios, como han prosperado en tan poco tiempo y de manera casi generalizada, masas complejas de elaborar que antes estaban al alcance de pocos no solo por el número de comercios que las distribuían, sino también, por su alto coste económico.Os dejo ya con la elaboración de este postre que espero os gusten tanto como a mí. ¡Un abrazo a todos!
Con esta receta participo en el 3º aniversario de los Retos de CdM-cocineros del Mundo
En un cazo pequeñodiluir 150 gramos de margarina que usaremos para embadurnar las hojas de pasta filo, según las vayamos utilizando. Una vez haya perdido la consistencia sólida, reservamos hasta el momento de usarla.Aparte, añadir en un cuenco los 200 gr de chocolate junto a la nata, 2 cucharadas de margarina, 75 gr de nutella y unas gotas de aroma de almendras.
Ponemos el cuenco al baño maría hasta formar una deliciosa crema de chocolate. Apartamos y reservamos.
Templartambién los 200 gr de nutella para poder extenderla con más facilidad.
Precalentar
el horno a 180ºC con calor arriba y abajo y con la función de ventilador activada si disponéis de ella.Forrar con papel una bandeja de horno. Sacar el paquete de pasta filo del frigorífico. Es una pasta que se seca rápidamente, así que iremos sacando las hojas de 3 en 3 del paquete según las vayamos utilizando.Seguidamente, extendemos la mitad de las almendras tostadas sobre las hojas de pasta filo de manera que nos quede una capa uniforme.
Encima de las almendras colocamos otras 3 hojas de pasta filo siempre embadurnando con margarina una antes de colocar encima la siguiente. Con ésto, se consiguen que queden muy crujientes en el horneado.
Ahora disponemos una nueva capa, esta vez empleando toda la nutella. Una vez extendida por completo, usamos el resto de almendras picadas y volvemos a tapar con el resto de láminas de pasta filo, siempre y aunque me repita, embadurnando todas las láminas.
Antes de hornear, cortamos con un cuchillo
de hoja ancha ligeramente humedecido y muy afilado, las láminas con la forma de rombos característica de los baklavas.Los disponemos sobre otro papelde horno en superficie plana.
Preparar un glaseado medianamente espeso con el azúcar glas y el zumo del limón. Añadimos unas gotas de aroma de almendras y dejamos reposar un par de minutos.
Verter un poco de glaseado sobre cada baklava y antes de que seque, adornar con almendras laminadas, coco rallado y bolitas crujientes de chocolate.