Ficha técnica :
-País: España, Francia
-Año: 2010
-Género: Terror, comedia negra
-Dirección: Álex de la Iglesia
-Guión: Álex de la Iglesia
-Producción: Yousaf Bokhari, Vérane Frédiani, Gerardo Herrero, Adrian Politowski, Franck Ribière, Gilles Waterkeyn.
-Reparto: Carlos Areces, Carolina Bang, Antonio de la Torre, Santiago Segura, Manuel Tallafé, Gracia Olayo, Enrique Villén.
Sinopsis:
La metáfora fraticida.
Álex de la Iglesia resumía así la gestación de la idea que le llevó a idear el argumento de la película:
“Todavía recuerdo el día en que surgió ‘Balada’, en el Boadas, de Barcelona. Dry martinis, Carolina Bang y Carlos Areces. ‘Me gustaría rodar una película sobre un payaso asesino’ ‘¿Por qué se convierte en asesino?’ ‘Por… algo que le pasó en el pasado, a su padre…’ ‘murió construyendo la cruz del Valle de los Caídos’. Pensamiento automático: la historia surge a borbotones. …Una lucha a muerte, por venganza. ‘¿También era payaso?’. ‘Sí’. El no tiene gracia… por eso los niños no le quieren. El payaso tonto sí tiene gracia, una gracia enorme, que le llega hasta la rodilla. El payaso triste se muere de celos. ¡Se enamora de su novia… la acróbata!’. Dos hombres enfrentados por el amor de una mujer, como en las de Lon Chaney. Garras humanas. El que recibe las bofetadas”.
Es siempre interesante tener acceso al proceso creativo de un artista. Asistir al colage de automatismos psíquicos tras el cual asoman inquietudes, motivos recurrentes, manías personales, profundas reflexiones y convicciones personales... Todo este conjunto de elementos tendrá que ser vertebrado mediante la narración, lo cual supone un trabajo creativo, pero más concienzudo y racionalizado. No es poco habitual encontrar personas, con infancias traumáticas o no, que perciben algo siniestro, patético o tragicómico tras la figura del payaso. El tema de los payasos ya aparecía en otras comedias negras de éste director como Crimen ferpecto (2004) y Muertos de risa (1999). Eso sí, de forma más trivial, casi como parte del atrezzo.A Álex sólo le ha faltado introducir algún elemento relacionado con la benemérita para citar tres pilares sociológicos fundamentales de la España franquista —torero, cura y Guardia Civil, si bien es cierto que el médico también tenía una relevancia social nada desdeñable, fruto de una tradición atávica y chamánica—. Además, el Guardia Civil también realiza un sacrificio ritual del “todo”, “por la patria”, como reza su particular máxima cuartelaria.
Ya sean más o menos serias las palabras del director, que hemos referido más arriba, la alusión a dos figuras destacadas de la España cañí no es casual. Álex de la Iglesia decía acerca de su película “Precisamente de eso trata Balada: de la intransigencia hostil y soterrada que infecta la vida de este país desde hace décadas” . Si es este el mensaje, a un nivel sociológico referente a la vida a pie de calle en nuestro querido país, tampoco pasa desapercibido el hecho de que toda la obra representa una metáfora del guerracivilismo español, cuyo origen fue el drama fraticida del 36 y que perdura hasta nuestros días de forma subrepticia. No será demasiado arriesgado decir que el personaje de Sergio, la violencia desnuda, representa al fascismo. El de Javier, frustración enquistada que acaba por supurar odio y ansia de venganza, representa al bando de los vencidos. Natalia, la trapecista, es ligera, caprichosa, voluble, qual piuma al vento. Natalia es la inocencia que roza lo indolente, es axiológicamente promiscua y se deja seducir fácilmente por el poder. Su inconstancia irreflexiva provoca catástrofes de proporciones trágicas… Natalia es la “libertad”, y el payaso-fascista y el payaso-republicano se están peleando por poseerla. Su único mérito es su belleza, es una cuestión estética más que ética (los antiguos griegos tendrían mucho que decir al respecto). La metamorfosis que experimenta Javier es la corrupción, la deformación que provoca la absurda espiral de venganza, rencor y violencia dialéctica contra el mal y que termina por asemejarle a Sergio en términos de fealdad.