la calle más pastoreña
en cuanto fueron las doce
sólo lucieron estrellas
y el Padre Álvaro sintió
tan cerquita Su presencia.
Y volaron las palomas
del cielo cayeron flores
a una cúpula de ensueño
y sus manos pastoreñas
le quitaron el sombrero
Esta sevillana de Antonio Portillo resume la noche única que todos los pastoreños vivimos el pasado 8 de septiembre.
Amanecía un día luminoso, el día grande de Cantillana, la banda de música municipal tocaba la diana y el pueblo pastoreño se encaminaba hacia la Parroquia de nuestra Villa Condal, para asistir a la Función Principal de Instituto. Solemnidad y categoría, unidas al amor que los pastoreños le profesan a la Divina Pastora, fueron la antesala de una noche magna, colosal y única.
A las diez en punto, el martillo de plata del paso de
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