Tras 10 días, más de 50 películas encima y menos de 4 horas de sueño diarias, el 44 Festival de Sitges nos da un respiro dando por concluída una de las mejores ediciones que recordamos en los últimos años. ¿Razones? Allá van unas cuántas, en concreto, 8. Es así como ponemos el broche de oro a un festival que este año si ha resultado fantástico en todos los aspectos. Felicidades Sitges, y que cumplas muchos más.
1. EL PALMARÉS
Sorpresa relativa la del Melies de Oro otorgado al "Red State" de Kevin Smith en una sección oficial que, por fin, ha ofrecido una coherente propuesta (por calidad, no por cantidad) mediante los casi 30 títulos programados. Cierto es que este corrosivo atentado contra el conservadurismo de la sociedad americana supone el renacimiento de un nuevo y necesitado Kevin Smith, aunque cierto es, también, que nosotros se lo hubiéramos otorgado al "Attack the Block" de Joe Cornish o la ganadora del premio al Mejor Director "The Yellow Sea" de Na Hong-jin, sin duda, dos de las mejores películas vistas en todo el festival. Al igual que hubieramos hecho hueco a "Bellflower" (Premio del Jurado joven junto a la sensacional "Detention") una apocalíptica love story dedicada a cualquier persona que en algún momento de su vida a querido y perdido a alguién o "The Other Side of Sleep," un introspectivo e inquietante laberinto psicológico en el que nos perdemos con gran placer. También el Premio al Mejor Diseño de Producción otorgado a "Livide" sabe a poco para un fantástico y nostálgico terror gótico que hilando fino evoca referencias tan dispares como el "Suspiria" de Dario Argento y el "Déjame entrar" de Tomas Alfredson en un auténtico goce audiovisual. Y si nos apuran, también le hubiéramos dado un merecido protagonismo a "Scabbard Samurai," un relato lleno de sentimiento en el que parece que la esencia de Takeshi Kitano ha dado con el humor de Hitoshi Matsumoto, vamos, una entrañable delicia. La mayoría de ellas podrían haberse hecho, al menos, con el Premio al Mejor Guión inconprensiblemente otorgado a "The Woman," un divertimento, cierto es, propio de Sitges, en el que se atisban detalles interesantes pero que finalmente nos queda la sensación de haber asistido a una salvaje propuesta de terror menor, más propia del Midnight Extreme que de Sección Oficial. También echamos de menos en el palmarés oficial el personalísimo descenso a los infiernos suburbiales de Sion Sono brindado en la tenebrosa "Guilty of Romance" (Mejor Película Órbita Sitges). Aún y así, damos el visto bueno al criterio de un jurado riguroso y (más o menos) acertado.
2. EL APOCALIPSIS
Ya lo advertíamos allá por el mes de agosto. El calendario maya lo anuncia para el 2012, el cine indie lo adelanta al 2011. Así es, este año llega el fin del mundo de la mano del cine independiente, quién recoge el testigo de los Roland Emmerich y compañía para dar la vuelta al estereotipo mainstream y consternarnos con varias apocalípticas visiones de autor sobre el fin de nuestros días. Muchas de ellas hermanadas por su contexto romántico, alguna que otra sacudida por la polémica que rodea a sus directores, y casi todas precedidas por su exitoso periplo festivalero. Muchas de ellas pudimos verlas en Sitges. Entre ellas, la anteriormente mencionada "Bellflower" (un apocalipsis trasladado a la intimidad amorosa), la bellísima y emocionante fantasía indie "Another Earth," la sublime "Melancholia" de Lars von Trier (que decir que no se haya dicho ya), la ganadora a la Mejor Fotografía "Hell" de Tim Feldhaum, la extrema degradación de la condición humana vivida en el apocalipsis de "The Divide" de Xavier Gens, el fin de nuestros días según Bela Tarr en "The Turin Horse" (posiblemente la mejor película vista en el festival) o la polémica "4:44 last day on earth" (sin duda, la película que con más ganas me he quedado de ver tras ser dilapidada en Venecia y venerada en Sitges). Lo dicho, el fin del mundo se adelanta la 2011...¡y de que manera!
3. ¿FELICES SUEÑOS?
Ha sido otro de los grandes temas vividos en el festival. El sueño, y más que felices sueños, podríamos decir el lado oscuro del sueño. Por un lado, el puzzle psicológico que supone el sonambulismo de la protagonista de "The Other Side of Sleep," por otro, el retorcidísmio thriller polanskiano que nos brinda Jaume Balagueró en "Mientras Duermes," sin duda, su mejor película hasta la fecha, o la adaptación de "La Bella Durmiente" de Catherine Breillat, un mítico relato infantil de Perrault convertido en una fantasía para adultos (al igual que el "Pulgarcito" de Marina de Van o "Barba Azul" de la propia Breillat, también presentes en un Sitges de fábula). Al mismo modo, aunque en el aspecto negativo, "Sleeping Beauty," una sofisticada ridiculez que apunta pero que no mata y que no ha hecho más que confirmar los malos augurios suscitados a su paso por la sección oficial de Cannes.
4. NUEVOS CONTEXTOS DEL FANTÁSTICO Y EL TERROR
El mejor ejemplo de ello nos lo da "Attack the Block." Aquí hay influencias de "Critters," "Gremlins," "E.T." y "Los Goonies." También hay una invasión alienígena y unos teenagers protagonistas. Lo que no hay es el típico (y ejemplar) barrio yankee, con sus jardincitos y sus casitas al que nos recuerdan estas nostálgicas miradas, ni tampoco, sus entrañables y encantadores adolescentes. En su lugar, un suburbio londinese infestado de delincuencia, y en vez del jovencito repartidor de periódico andando en bicicleta, tenemos unos macarrillas de cuidado repartiendo leña y soltando constantes y desternillantes inproperios, eso sí, también en bicicleta. Más de los mismo con "Juan de los muertos," un nuevo divertimento zombie que sigue de cerca la cachonda estela de "Zombieland" pero con el gran atrevimiento de meter los zombies en La Habana. También "The Raid," una ultraviolencia al servicio del mejor cine de acción que curiosamente proviene de Indonesia. O por que no, "Trabalhar Cansa," una sorprendente fábula laboral proveniente del nuevo cine brasileño idónea para tiempos de crisis, que parte de lo cotidiano para terminar en un sugerente malrollismo digno del mismísimo Cronenberg.
6. PODERÍO DOCUMENTAL MADE IN SUNDANCE
El Festival ha demostrado con gran atino su ojo para traernos lo mejorcito que el género documental puede brindarnos este 2011. Casi toda ellas joyas made in Sundance. Es el caso del "Project Nim" de James Marsh, el verdadero origen del planeta de los simios y la inmejorable demostración de que una cosa es tener una historia y otra bien distinta saber contarla. O "Knuckle," uno de los mejores documentales que mis ojos han llegado a ver en los últimos tiempos, un excelente documento que habla sobre la familia, el honor, y ante todo, de lo absurdo de una violencia casi animal que resulta todo un revulsivo para el glamour del perdedor que enarbolan tantas y tantas películas sobre el boxeo. También "Resurrect Dead: The Mystery Of The Toynbee Tile" mejor director documental en el Festival de Sundance para una rareza capaz de unir la esencia de "Catfish" (en este caso verdadera) con "The Twilight Zone" bajo una cautivadora banda sonora que tranquilamente podría venir firmada por John Williams. También "The Bengali Detective," un retrato tierno, divertido, misterioso, emocionante y con un personaje central por el que matarían muchísimos guionistas. Y entre todas ellas, en la sección oficial lucía sus galones el falso pero genial documental "The Troll Hunter," perfecto ejemplo del mejor mockumentary posible trasladado con una sugerente mezcla entre "El proyecto de la Bruja de Blair" y "Donde viven los monstruos." Y aunque lejos de la órbita Sundance, también destacamos "La mujer del eternauta" de Adán Aliaga, una crónica vital y cercana en la que la viuda del eternauta nos acerca a sus recuerdos con el valor de los verdaderos héroes.
7. UNA ÚNICA GRAN DECECPCIÓN
Normalemente suelen ser varias, este año solo ha sido una, y se la ha llevado, por derecho propio, "Kill List." Premiada con el Melies de Plata a la Mejor Película Europea, este supuesto futuro clásico del terror contemporáneo se ha erigido para nosotros, en un chasco mayúsculo. Esperábamos ver la mejor pelícla del festival y nos encontramos con una de las peores. Ni su nerviosa cámara, ni su descuidada iluminación (supuestamente) realista, ni su fea puesta en escena, ni tampoco sus mejorables interpretaciones logran, en ningún momento, sumergirnos en este (supuesto) descenso a los infiernos. Esperábamos encontrarnos con un inolvidable viaje a la oscuridad y nos encontramos con el mayor chasco (que no la peor película, todo hay que decirlo) del festival. Ni nos perturba, ni la sufrimos, simplemente, la padecemos. Y de terror cinco estrellas, nada de nada, dos y ya va bien. En "Kill List" todo queda en 'supuesto'...
8. ATRONADORA TRACA FINAL
Lo que bien empieza mejor acaba. Sitges abría fuego con la buena noticia que supone el nacimiento de un nuevo cine español que nos brinda la deliciosa ciencia ficción de Kike Maíllo en "Eva." Pues bien, el festival ha decidido cerrar el telón de forma inmejorable con tres peliculones del calado de "Driver," "Killer Joe" y "The Artist." Una por su contundencia estética, la otra por su extrema y enfermiza incorreción y la tercera por su magistral nostalgia, se han erigido en un inmejorable broche de oro para dar cierre a un festival, este año sí, de ensueño. Por cierto, ¿el remake de La Cosa"? pues eso, un remake que entre tanta joya ya ni nos acordamos. Correcta sí, innecesaria, también.